El aprendizaje autónomo implica que cada persona puede fijar sus propias normas y elegir cómo aprender de manera independiente. Superar los límites de tiempo y espacio para permitir aprendizajes asincrónicos y sincrónicos. El aprendizaje autónomo privilegia al estudiante como actor de su propio aprendizaje y reconoce al sujeto histórico y social. No es aprender solo, sino aprender con otros de manera solidaria y cooperativa.