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APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE GÉNERO CLADEM Prof. Carolina Clavero Género es una categoría analítica creada hace poco más de tres décadas como respuesta a la insuficiencia de otras categorías para explicar las desigualdades, por ejemplo la categoría de clase. Sus antecedentes se encuentran en Simone de Beauvoir, quien desarrolla una aguda formulación sobre el género. De Beauvoir plantea que las características humanas consideradas como ―femeninas‖ son adquiridas por las mujeres mediante un complejo proceso individual y social, en vez de derivarse ―naturalmente‖ del sexo. Su reflexión abrió un campo nuevo para la interpretación del problema de la igualdad entre los sexos y enmarcó el campo de la investigación académica feminista posterior. Cuando se habla de género muchas veces es para referirse a las cosas o problemas que atañen sólo a las mujeres y no se utiliza este concepto con la idea de dar cuenta de una construcción social que está basada en la diferencia sexual. La utilización del término género aparece también como una forma de situarse en el debate teórico, de estar a la moda, de ser modernos. Para otras personas, género suena más neutral y objetivo que mujeres, y menos incómodo que sexo. (Lamas; 1997) Dada la confusión que se establece, Marta Lamas (1997) sugiere una regla útil: ―… tratar de hablar de los hombres y las mujeres como sexos y dejar el concepto género para referirse al conjunto de ideas, prescripciones y valoraciones sociales sobre lo masculino y lo femenino. Los dos conceptos son necesarios. No se puede ni debe sustituir sexo por género. Son cuestiones distintas. El sexo se refiere a lo biológico, el género a lo construido socialmente, a lo simbólico”
Es importante señalar que el género afecta tanto a hombres como a mujeres, que la definición de feminidad se hace en contraste con la de masculinidad, por lo que género
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se refiere a aquellas áreas —tanto estructurales como ideológicas— que comprenden relaciones entre los sexos. Por lo tanto, podemos afirmar que género no es sinónimo de mujer, sino que alude a distintas dimensiones socio-simbólicas que estructuran las relaciones entre mujeres y varones, o entre lo que se considera femenino y masculino en cada contexto histórico. En este sentido tiene un carácter relacional, lo que requiere un análisis de la dinámica entre ambos polos, sus tensiones, e intersecciones, sin olvidar que la evidencia histórica demuestra que el polo masculino ha estado y -continúa estando- en posición de superioridad. No existe ninguna razón biológica o natural que determine las desigualdades sociales, económicas, culturales y de poder entre varones y mujeres. Las relaciones de género aluden a una relación de poder que atraviesa y se articula con la clase, religión, etnia, edad y orientación sexual de los individuos (Morgade, 2010). Entre los estudios pioneros se suele mencionar la definición de género dada por la historiadora Joan Scott, quien promociona un uso histórico y no esencialista del término y señala el vínculo entre lo psíquico y lo social. Para Scott ―el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos; y el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder‖. (1986) La autora, considera que son cuatro los elementos que interactúan en la realidad de género:
―Primero: símbolos culturalmente disponibles que evocan representaciones múltiples y a menudo contradictorias- Eva y María, por ejemplo como símbolo de la mujer en la tradición cristiana occidental-, pero también mitos de luz y oscuridad, de purificación y contaminación, inocencia y corrupción (…). Segundo, los conceptos normativos que manifiestan las interpretaciones de los significados de los símbolos, en un intento de limitar y contener sus posibilidades metafóricas. Estos conceptos se expresan en doctrinas religiosas, educacionales, científicas, legales y políticas (…). Este tipo de análisis debe incluir nociones políticas y referencias a instituciones y organizaciones sociales, tercer aspecto de las relaciones de género. (…) El cuarto aspecto del género es la identidad subjetiva. (Más allá de los aportes del psicoanálisis y de la teoría
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de Lacan) las historiadoras, en cambio, necesitan investigar las formas en que se construyen sustancialmente las identidades genéricas y relacionar sus datos con una variedad de actividades, organizaciones sociales y representaciones culturales históricamente específicas.‖ (Scott; 1986) Si bien se ha hecho un uso intensivo aunque no generalizado del término, hoy está siendo revisado y las posiciones distintas e incluso divergentes dan cuenta de que el concepto se ha vuelto muy complejo. A pesar de ello, todas las posiciones coinciden en admitir que el género ―no es una propiedad de los sujetos ni es un constructo fijo y terminado, condenado a una perpetua repetición‖. (Bonder; 1998) De ahí la posibilidad de detectar y revisar cómo los sujetos van construyendo su género a través de la red compleja de discursos, prácticas e institucionalidades, históricamente situadas, que le otorgan sentido y valor a la definición de sí mismos y de su realidad. (Bonder; 1998) En segundo lugar nos permite revisar las viejas dicotomías asociadas a lo masculino y femenino: universalidad-particularidad, cultura-naturaleza, productivo-reproductivo, autonomía-dependencia, público-privado, entre otras. Marta Lamas afirma que ―la dicotomía masculino-femenino, con sus variantes culturales establece estereotipos, las más de las veces rígidos, que condicionan los papeles y limitan las potencialidades de las personas al estimular o reprimir los comportamientos en función de su adecuación al género. El concepto género ayuda a comprender que muchas de las cuestiones que pensamos que son atributos naturales de los hombres o de las mujeres, en realidad son características construidas socialmente, que no están determinadas por la biología”. (1997)
Esta es una de las razones por las que, la perspectiva de género ha contribuido a visualizar cómo en la conciencia popular predomina una identificación desigual y desvalorada de lo femenino frente a lo masculino. Lo femenino se asocia a lo privado, lo natural, la dependencia y la reproducción, y lo masculino se identifica con lo público, la cultura, la reproducción y la autonomía. ( Pateman; 1992) La perspectiva de género nos hace conscientes de que esta identificación desigual no es natural sino cultural. A
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través de ella podemos volver a mirar la historia de la humanidad o contextos históricos específicos y preguntarnos cómo han sido las relaciones entre hombres y mujeres. La posibilidad de revisar y repensar la historia de las relaciones entre los géneros, permitió des-cubrir las situaciones de violencia que sufren las personas en esas relaciones de subordinación, entendiéndose por violencia de género los ―patrones culturales y estereotipados, así como prácticas estructuralmente arraigadas que llevan a relaciones violentas entre varones y mujeres. Se expresa en prácticas de discriminación, exclusión, abuso y acoso sexual, tanto si se produce en el ámbito público como privado‖ (MYSU; 2007) Como anotamos anteriormente, el género se construye socialmente y es a partir de él, que percibimos todo lo demás: lo social, lo político, lo religioso, lo cotidiano. El ámbito escolar constituye uno de los espacios que más poderosamente influye en la construcción de la identidad personal de hombres y de mujeres, y de su futuro proyecto de vida. (Flores; 2005) Por esta razón merece especial atención. Creemos ineludible una reflexión crítica de lo que acontece en los espacios educativos, en las normas, los discursos y los silencios, los curriculums explícitos y los ocultos, en las presencias y las ausencias.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bonder, Gloria (1998). ―Género y Subjetividad: avatares de una relación no evidente”. En Género y Epistemología: mujeres y disciplinas. PIEG, Universidad de Chile. Flores Bernal, Raquel (2005) ―Violencia de género en la escuela: sus efectos en la identidad, en la autoestima y en el proyecto de vida‖ En Revista Iberoamericana de educación. Nº 38. Scott, Joan (1999). “El género: una categoría útil para el análisis histórico”. En Mercedes Navarro y C.R Stimpson (comp), Sexualidad, género y roles sexuales. México. Lamas, Marta (1997). ―Cuestiones teóricas”. En La perspectiva de género: una herramienta para construir la igualdad entre mujeres y hombres. Sistema nacional para el Desarrollo Integral de la familia (DIF). México. MYSU (2007) ―Vivir sin violencia, una experiencia para ser compartida‖ En Cuadernos de divulgación sobre derechos y salud sexual y reproductiva. Epoca 1 Nº 7 Morgade, Graciela ( 2010) ―Género: un concepto en permanente construcción‖ En Seminario: Repensando el género y la educación en un contexto global: mapa de los debates actuales en teorías, investigación y políticas. PRIGEPP/FLACSO. Argentina. Pateman, Carole (1992). ―Críticas feministas a la dicotomía público/privado.‖ En: Carmen Castells (coord.) Perspectivas feministas en teoría política. Paidós, Barcelona.