El arte bizantino se desarrolló en el Imperio Bizantino desde el siglo IV hasta 1453 d.C. y fue una mezcla del arte romano, helenístico y oriental. Se caracterizó por la representación de figuras humanas en templos que generaban un fuerte sentimiento de espiritualidad entre las personas. La arquitectura bizantina destacó por la construcción de grandes iglesias con cúpulas sostenidas por columnas y decoradas con pinturas religiosas.