El arte gótico se desarrolló en Europa entre los siglos XII y XVI, caracterizado por el uso de bóvedas de crucería, arcos ojivales y ventanales con vidrieras. La arquitectura gótica concentraba los empujes de las bóvedas en pilares y contrafuertes externos, permitiendo grandes ventanales. La escultura gótica se distinguió por su naturalismo y representaciones sencillas de figuras humanas.