Atahualpa fue el decimotercer emperador inca que gobernó parte del imperio incaico. Tras la muerte de su padre Huayna Cápac, entró en una guerra civil con su hermano Huáscar por el control del imperio. Finalmente, los españoles liderados por Francisco Pizarro capturaron y ejecutaron a Atahualpa a pesar de que este les ofreció un rescate de oro a cambio de su libertad. Su muerte marcó el fin del imperio incaico y dejó un legado como el último gobernante