Los bebés prematuros tienen necesidades especiales debido a su inmadurez. Suelen pasar su primera etapa en una unidad de cuidados intensivos neonatales para recibir atención médica especializada que les ayude a crecer y desarrollarse adecuadamente. Los bebés prematuros tienen más riesgo de sufrir complicaciones como hiperbilirrubinemia, apnea, anemia y problemas respiratorios, aunque los avances médicos permiten tratar la mayoría de estas complicaciones.
Contraindicaciones de la Lactancia Materna. Clider Arias. 2016CLIDER ARIAS AVALOS
Muchas veces se suspende la lactancia materna sin un motivo justificado, trayendo como consecuencia un abandono temprano de la misma. Son pocas las condiciones donde la lactancia materna esta absolutamente contraindicada.
Contraindicaciones de la Lactancia Materna. Clider Arias. 2016CLIDER ARIAS AVALOS
Muchas veces se suspende la lactancia materna sin un motivo justificado, trayendo como consecuencia un abandono temprano de la misma. Son pocas las condiciones donde la lactancia materna esta absolutamente contraindicada.
Descripción de características generales del recién nacido prematuro, complicaciones y manejo desde las funciones científicas medicas y de practica de enfermería.
1. Bebes prematuros
Los bebés prematuros vienen al mundo antes que los bebés a término. Los partos
prematuros son aquellos que tiene lugar antes de que se hayan cumplido 37
semanas de embarazo; los bebés a término nacen entre 37 y 42 semanas
después del último período menstrual de la madre.
Causas de un parto prematuro
A menudo, la causa de un parto prematuro se desconoce y es algo que la madre
no puede controlar. De todos modos, los partos prematuros a veces están
provocados por afecciones médicas de la madre o factores de su estilo de vida
durante el embarazo, como padecer diabetes mellitus, hipertensión, problemas
renales o cardíacos, una infección (sobre todo las que afectan a las membranas
amnióticas y al aparato genital y urinario), no haberse alimentado bien durante el
embarazo, o los sangrados provocados por una posición anómala de la placenta.
Asimismo, los partos prematuros pueden obedecer a anomalías estructurales, al
hecho de forzar demasiado el útero por llevar más de un feto (mellizos, trillizos, o
más) o al consumo de tabaco, alcohol o drogas ilegales durante el embarazo. Los
partos prematuros son más frecuentes en las mujeres menores de 19 años o
mayores de 40, y en las que ya han tenido un parto prematuro previamente.
2. No obstante, cualquier mujer puede tener un parto prematuro, y muchas madres
de bebés prematuros carecen de factores causantes conocidos.
Los bebés prematuros tienen muchas necesidades especiales, de modo que
deben recibir cuidados médicos diferentes que los bebés a término. Por este
motivo, suelen pasar la primera etapa de la vida extrauterina en una unidad de
cuidados intensivos neonatales (UCIN). La UCIN está diseñada para proporcionar
a los bebés prematuros una atmósfera que les limite el estrés y que satisfaga sus
necesidades básicas de calor, nutrición y protección para asegurarles un
crecimiento y desarrollo adecuados.
Gracias a la gran cantidad de avances recientes en medicina neonatal, más del
90% de los bebés prematuros que pesan 800 gramos o más (un poco menos de
dos libras) sobreviven. Los que pesan más de 500 gramos (un poco más de una
libra) tienen más del 60% de probabilidades de sobrevivir, aunque las
probabilidades de que sufran complicaciones son mayores.
Necesidades básicas de un bebé prematuro
Calor
Los bebés prematuros carecen de la grasa corporal necesaria para mantener la
temperatura corporal, incluso aunque estén bien abrigados con mantas. Por este
motivo, se utilizan incubadoras o calentadores radiantes para mantener su
temperatura en la UCIN. El hecho de mantener la temperatura de los bebés dentro
de los márgenes de la normalidad les ayudará a crecer más deprisa.
Las incubadoras están fabricadas con plástico transparente y rodean
completamente el cuerpo del bebé para mantenerlo cálido, reducir las
3. probabilidades de infección y limitar la pérdida de agua. Los calentadores
radiantes son camas abiertas que se calientan eléctricamente. Se utilizan cuando
el personal médico necesita acceder frecuentemente al bebé para procurarle los
cuidados que necesita. Un diminuto termómetro pegado a la piel del bebé se
encarga de medir su temperatura corporal y de regular el calor.
Nutrición y crecimiento
Los bebés prematuros tienen necesidades nutricionales especiales porque crecen
más deprisa que los bebés a término y sus sistemas digestivos son inmaduros.
Los neonatólogos (pediatras especializados en el cuidado de recién nacidos a
término enfermos y de bebés prematuros) miden el peso de los bebés en gramos,
no en libras y onzas. Los bebés a término suelen pesar más de 2.500 gramos
(aproximadamente cinco libras y ocho onzas), mientras que los bebés prematuros
pesan entre 500 y 2.500 gramos.
Entonces, ¿de qué se alimentan los bebés prematuros? La leche materna es una
excelente fuente nutricional, pero los bebés prematuros son demasiado inmaduros
para alimentarse directamente del pecho de la madre o del biberón hasta que
tienen una edad estacionar de entre 32 y 34 semanas. La mayoría de bebés
prematuros tienen que alimentarse muy lentamente debido al riesgo de desarrollar
una infección intestinal exclusivamente propia de los bebés prematuros
denominada enterocolitis necrosante. La madre se puede extraer leche para que
se la administren después al bebé mediante una sonda, es decir, un tubito que se
introduce por la boca o la nariz del bebé y le llega hasta el estómago.
4. La leche materna tiene ventajas sobre la leche artificial porque contiene proteínas
que ayudan a luchar contra las infecciones y favorece el crecimiento. A veces la
leche materna (o la leche artificial si la madre no desea o no puede dar el pecho al
bebé) se enriquece con suplementos especiales, porque los bebés prematuros
tienen mayores necesidades de vitaminas y minerales que los bebés a término.
Prácticamente todos los bebés prematuros reciben suplementos de calcio y
fósforo, sea añadiéndoselos a la leche materna o a través de leches infantiles
especiales para prematuros. La concentración de sustancias químicas y minerales
en la sangre de estos bebés, como la glucosa (azúcar), la sal, el potasio, el calcio,
el fosfato y el magnesio, se controla regularmente, adecuando la dieta del bebé
para mantener estas sustancias dentro de los márgenes de la normalidad.
Problemas de salud frecuentes en los bebés prematuros
Los bebés prematuros son más proclives a padecer diversos problemas de salud,
sobre todo porque sus órganos internos no están completamente preparados para
funcionar de forma independiente. Por norma general, cuanto más prematuro es
un bebé, mayor es el riesgo de que tenga complicaciones.
Hiperbilirrubinemia
Una afección habitual y tratable de los bebés prematuros es la hiperbilirrubinemia,
que afecta al 80% de los bebés prematuros. Los bebés con hiperbilirrubinemia
tienen concentraciones elevadas de bilirrubina, un compuesto que se produce
como resultado de la descomposición natural de la sangre. Las concentraciones
elevadas de bilirrubina hacen que los bebés desarrollen ictericia, una tonalidad
amarillenta en la piel y la esclerótica de los ojos.
Aunque una ictericia leve es bastante frecuente incluso en bebés a término (la
presentan en torno al 60%), es mucho más habitual en los bebés prematuros. Las
concentraciones de bilirrubina extremadamente elevadas pueden provocar
5. lesiones cerebrales, motivo por el cual se supervisa atentamente la ictericia en los
bebés prematuros para poderla tratar rápidamente, antes de que la bilirrubina
alcance concentraciones peligrosas. Los bebés con ictericia se colocan debajo de
unas lámparas especiales que proyectan una luz azulada que ayuda al organismo
a eliminar la bilirrubina. En contadas ocasiones, la ictericia grave se tiene que
tratar mediante transfusiones de recambio de sangre.
Apnea
La apnea es otro problema habitual en los bebés prematuros. Durante una apnea,
el bebé deja de respirar, su frecuencia cardiaca disminuye y la piel se le puede
poner pálida, amoratada o azul. La apnea suele estar provocada por la inmadurez
del área del cerebro que controla el impulso de respirar. Casi todos los bebés que
nacen con 30 semanas de gestación o menos tendrán algún episodio de apnea.
Las apneas se vuelven menos frecuentes con la edad.
En la UCIN, se controla con monitores a todos los bebés prematuros para detectar
apnea. El tratamiento de un episodio de apnea puede ser tan sencillo como
estimular suavemente al bebé para que vuelva a respirar. De todos modos,
cuando las crisis de apnea son frecuentes, el bebé puede requerir medicación
(mayoritariamente cafeína) y/o un dispositivo nasal especial que le insufla
constantemente una corriente de aire en las vías respiratorias para mantenérselas
abiertas.
Anemia
Muchos bebés prematuros carecen de un número suficiente de glóbulos rojos para
transportar oxígeno a todas las células del cuerpo. Esta complicación, denominada
6. anemia, es fácil de diagnosticar con pruebas de laboratorio. Estas pruebas
determinan la gravedad de la anemia y la cantidad de nuevos glóbulos rojos que
fabrica el bebé.
Los bebés prematuros pueden desarrollar anemia por diversas razones. En las
primeras semanas de vida, los bebés no fabrican muchos glóbulos rojos nuevos.
Asimismo, los glóbulos rojos de un bebé tienen una vida más corta que los de un
adulto. Y las frecuentes muestras de sangre que se deben ir tomando para realizar
todas las pruebas de laboratorio dificultan la reposición de los glóbulos rojos.
Algunos bebés prematuros, especialmente los que pesan menos de 1.000 gramos,
requieren transfusiones de glóbulos rojos.
Problemas de salud todavía más frecuentes en los bebés prematuros
Hipotensión arterial
La hipotensión arterial es una complicación relativamente habitual que puede
ocurrir poco después del nacimiento. Puede obedecer a una infección, a una
pérdida importante de sangre o fluido o a los medicamentos administrados a la
madre antes del parto. La hipotensión arterial se trata incrementando el aporte de
líquidos o con medicamentos. Los bebés que padecen hipotensión arterial porque
han perdido sangre es posible que necesiten transfusiones.
7. Síndrome de dificultad respiratoria neonatal
Uno de los problemas más frecuentes e inmediatos a que se enfrentan los bebés
prematuros es la dificultad para respirar. Aunque hay muchas causas posibles de
las dificultades respiratorias en los bebés prematuros, la más frecuente es el
síndrome de dificultad respiratoria neonatal.
En este síndrome, los pulmones inmaduros del bebé no producen suficiente
cantidad de una sustancia denominada surfactante. El surfactante permite que la
superficie interna de los pulmones se expanda adecuadamente cuando el bebé
pasa de estar dentro del vientre materno a estar en el exterior y tener que respirar
aire después del parto. Afortunadamente, este síndrome tiene tratamiento y
muchos bebés lo superan sin problemas.
Cuando no se puede evitar el parto prematuro, a la mayoría de las mujeres
embarazadas les administran un medicamento justo antes del parto para favorecer
la producción de surfactante en los pulmones del bebé y así prevenir el síndrome
disneico neonatal. Luego, inmediatamente después del nacimiento y varias veces
después, se puede administrar al bebé surfactante si lo necesita.
Aunque la mayoría de los bebés prematuros que carecen de surfactante deberán
conectarse a un respirador (una máquina que les ayudará a respirar) durante un
tiempo, el uso de surfactante ha reducido considerablemente la cantidad de
tiempo que estos bebés pasan conectados a respiradores.
8. Displasia broncopulmonar
La displasia broncopulmonar, o enfermedad pulmonar crónica, es un problema
pulmonar frecuente en los bebés prematuros, sobre todo en los que nacen con
menos de 1.000 gramos (2'2 libras). El mecanismo exacto de esta enfermedad
todavía no está claro, pero la prematuridad extrema, el síndrome de dificultad
respiratoria neonatal grave, las infecciones previas y posteriores al nacimiento y el
uso prolongado de oxígeno o de un respirador (ambos necesarios para tratar una
enfermedad pulmonar) son factores que desempeñen un papel importante en el
desarrollo de la displasia broncopulmonar.
Los bebés prematuros que padecen esta afección se suelen tratar con medicación
y oxígeno. Los pulmones de estos bebés suelen mejorar durante los dos primeros
años de vida, pero muchos de ellos siguen presentando síntomas de tipo
asmático.
Infecciones
Las infecciones son una grave amenaza para los bebés prematuros ya que son
menos capaces que los bebés a término de luchar contra gérmenes que pueden
provocar enfermedades graves. La infección puede habérsela transmitido la madre
antes, durante o después del parto o bien proceder de otras fuentes.
Prácticamente todas las partes del cuerpo de un bebé prematuro se pueden
infectar. Reducir el riesgo de infección es el motivo de que en la UCIN sea
necesario lavarse las manos tan frecuentemente.
Las infecciones bacterianas se tratan con antibióticos. Para tratar infecciones
víricas y fúngicas, se recetan otros medicamentos.
9. Conducto arterioso persistente
El conducto arterioso es un vaso sanguíneo que desempeña un papel básico en
la circulación fetal, al evitar que la sangre pase por los pulmones, ya que el
oxígeno de la sangre fetal procede de la madre, no del aire inspirado.
En los bebés a término, el conducto arterial se cierra nada más nacer, pero en los
bebés prematuros suele permanecer abierto. Cuando ocurre esto, se produce un
exceso de irrigación sanguínea en los pulmones que puede provocar dificultades
respiratorias y a veces insuficiencia cardiaca.
El conducto arterioso persistente se suele tratar con un medicamento denominado
indometacina o con ibuprofeno, fármacos que permiten cerrar eficazmente el
conducto arterioso en más del 80% de los bebés medicados. No obstante, si la
medicación no resulta eficaz, puede ser necesario intervenir al bebé
quirúrgicamente para cerrar el conducto.
Retinopatía del prematuro
Los ojos de los bebés prematuros son especialmente susceptibles a sufrir lesiones
tras el nacimiento. Una complicación grave es la retinopatía del prematuro, que es
un crecimiento anómalo de los vasos sanguíneos en el ojo del bebé.
Aproximadamente el 7% de los bebés con un peso natal de 1.250 gramos o
menos (2'75 libras) desarrollan retinopatías, y las lesiones resultantes pueden ir de
leves (necesidad de llevar gafas) a graves (ceguera).