Este documento contrasta a los "padres buenos" con los "buenos padres". Los padres buenos son aquellos con un corazón blando, pero ser un buen padre requiere de una voluntad y cabeza más firme. Los buenos padres enseñan lecciones de vida valiosas a sus hijos, como asumir responsabilidades, aprender de los errores, buscar oportunidades y servir a la sociedad.