La soldadura autógena es un proceso de soldadura por fusión donde la llama se produce por la combustión de una mezcla de acetileno y oxígeno que salen por la boquilla de un soplete. La temperatura de la llama puede alcanzar los 1300 grados. El proceso requiere gases combustibles como el acetileno y oxígeno, y la proporción de cada uno puede variar dependiendo del material y espesor a soldar.