El hijo le escribe una carta a sus padres separados pidiéndoles que no lo involucren en sus peleas ni lo utilicen como instrumento de venganza el uno contra el otro. Les pide también que no critiquen al otro delante de él y que lo dejen seguir queriendo a ambos, ya que los necesita a los dos. Finalmente, les recuerda que aunque ya no se amen, lo mejor que pueden hacer por él es respetarse mutuamente.