El documento describe el incendio del Apolo 1 de la NASA en 1967 que resultó en la muerte de tres astronautas. Se atribuye el error a los controladores de vuelo que no tomaron acción a pesar de saber que el software de control no funcionaba correctamente. Los controladores no tuvieron la responsabilidad necesaria y no actuaron para solucionar los problemas detectados. El incidente pudo haberse evitado tomando acción inmediata sobre los problemas y asegurando el entrenamiento y simulacros adecuados.