Comencé a ver las primeras composiciones "casuales" en una conferencia de Brad Hunter, a poco de la desaparición del Malasyan, evidentemente hay mucho para aprender de estos serios investigadores. Humildemente les dí un poco más de técnica y agregué otras "casualidades"
12. Escudo de Gregorio XIII. Hugo Buoncompagni Ludovisi. Pontificó entre 1572 y 1585,
durante el mismo se cambió el calendario “juliano” al actual y en la noche del 23 al 24 de
agosto de 1572 en París, ordena la “Matanza de San Bartolomé” o asesinato de los
Hugonotes (Nombre dado a los protestantes calvinistas de Francia).
17. El Escudo de Papa Francisco
El lema del Santo Padre Francisco procede de las Homilías de San Beda el Venerable,
sacerdote benedictino (Hom. 21; CCL 122, 149-151), quien, comentando el episodio
evangélico de la vocación de san Mateo, escribe: «Vidit ergo Iesus publicanum et quia
miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me (Vio Jesús a un publicano, y como le miró
con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme)».
18. La estrella, según la antigua tradición heráldica, simboliza a la Virgen María, Madre de
Cristo y de la Iglesia; la flor de nardo indica a san José, patrono de la Iglesia universal. En
la tradición iconográfica hispánica, en efecto, san José se representa con un ramo de
nardo en la mano. Al incluir en su escudo estas imágenes el Papa desea expresar su
especial devoción hacia la Virgen Santísima y san José.
Sobre el escudo, azul, se hallan los símbolos de la dignidad pontificia, mitra entre llaves
de oro y plata, entrelazadas por un cordón rojo. En lo alto se refleja el emblema de la
Orden de procedencia del Papa, la Compañía de Jesús: un sol radiante y llameante con
las letras, en rojo, IHS, monograma de Cristo. Encima de la letra h se halla una cruz; en la
punta, los tres clavos en negro.
19. Texto del Evangelio (Jn 15,1-8): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Yo soy la
vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y
todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la
Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el
sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco
vosotros si no permanecéis en mí.
»Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho
fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es
arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo
conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos».
20. El Evangelio de san Juan nos cuenta en su capítulo 12:
"Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús
había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno
de los que estaban con él a la mesa. Entonces María (la hermana de Lázaro), tomando una
libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus
cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume" (Jn 12, 1-3).
Fue Judas el que calculó el precio de ese frasco: trescientos denarios, es decir, el sueldo
anual de un jornalero. Se escandalizó, porque María empleó todo el contenido del frasco de
perfume de nardo de una vez. Y entonces preguntó: "¿Por qué no se ha vendido este
perfume por trescientos denarios y se ha vendido a los pobres?" (Jn 12, 4).
21. La estrella, en un principio de cinco puntas,
ha pasado a tener ocho, las ocho
bienaventuranzas
22. La flor de nardo que representa a San José ha sido cambiada,
antes parecía un racimo del fruto de la vid.