Este documento habla sobre el significado de Pentecostés y el don del Espíritu Santo. Celebramos el nacimiento de la Iglesia y que el Espíritu Santo, que recibieron los apóstoles, desciende entre nosotros. Recibir los dones del Espíritu Santo implica una adhesión más firme a Dios y una segunda vocación de ser el pueblo de Dios en misión en el mundo para transformarnos en otros cristos y llevar el mensaje de Jesús.

1. PENTECOSTÉS

2. Si me amáis, guardaréis
mis mandamientos. Y yo
rogaré al Padre, y él os
dará otro
Consolador, para que
esté con vosotros
eternamente.
En verdad os digo que
cuanto pidiereis al
Padre en mi nombre, os
lo dará.
Juan 14,15-16. 23b-26

3. Hoy celebramos el nacimiento de la Iglesia
Y también celebramos que el Espíritu Santo, el
mismo que recibieron los apóstoles, desciende
entre nosotros.

4. La Iglesia no se
entendería sin esos
hombres y mujeres que
no solo se abrieron a la
Palabra de Dios, sino a
su Espíritu.
Recibir sus dones
implica una adhesión
más firme y una
segunda vocación.

5. La primera vocación fue estar con
Jesús, seguirlo, escucharle.
La segunda es una llamada a ser pueblo de
Dios, y está ligada a la misión.

6. Nuestra segunda misión es transformarnos
en otros cristos en medio del mundo.
No solo estamos llamados a llevar un
mensaje, sino que a convertirnos en aquello que
predicamos.

7. Recibir al Espíritu
Santo nos exige: no
basta con cumplir los
preceptos y celebrar
la eucaristía con
fervor.
Sentimos la
necesidad de
alimentarnos de
Cristo, pero esto no
es suficiente.

8. Dentro nos alimentamos, afuera luchamos.
Además de recibir a Cristo, estamos llamados
a dar fruto, a ser enviados, sintiéndonos parte
de una gran familia en misión.

9. No se entiende el ser cristiano sin la dimensión
comunitaria.
La Iglesia es más que la jerarquía y las instituciones:
es el pueblo de Dios, y todo él recibe al Espíritu
Santo.

10. Nos preocupa ver
que cada vez viene
menos gente a misa.
Quizás no hemos
entendido bien que
eucaristía y misión
van de la mano.
Cumplimos el
precepto, pero no
entusiasmamos con
nuestra vida.

11. Cuanto menos hablamos de lo que somos y
creemos, más se debilita nuestra identidad
cristiana.

12. El día que respiremos el aliento de Dios y el
Espíritu Santo arda en nosotros nos
convertiremos en llama viva que crece y se
expande. Y su luz atraerá a muchos.

13. Textos: Joaquín Iglesias Aranda.