2. Historia…
También conocido como José María Rodríguez Madoz.
Nació en la ciudad de Madrid en 1958. Estudió fotografía en
el Centro de Enseñanza de la Imagen e Historia del Arte en
la Universidad Complutense de Madrid, durante los años de
1980 a 1983 y, expuso su primera muestra fotográfica en “El
Autor del Año” Concurso en el que participó en 1985.
Posteriormente programa una exposición fotográfica en la
Sala Minerva del Círculo de Bellas Artes en 1988, y empieza
a manejar concepto de objetos que, mantiene
constantemente hasta la fecha desde 1990.
3. Herramientas…
Las cámaras fotográficas que ha utilizado para su Arte van
desde la Reflex 35mm-Olympus-Nikon F3-Bronica-Mamiya
de 6x6 cm, Fuelle con Macro, hasta una Hasselblad.
4. Su trabajo…
En su trabajo fotográfico la luz, ha sido la protagonista
central de su poética, ha logrado manejarla de manera
natural; pues a la hora de tomar sus fotos tanto en su uso de
luz eléctrica como en la que naturalmente ha tenido a su
disposición, han sido utilizadas de forma magistral logrando
a la perfección los efectos deseados.
5. La contradicción…
Se ha considerado un gran fotógrafo aunque ha tenido la
dificultad de verse impedido, cuando en la realización de
sus obras descubre en ellas un gran atractivo, situación que
en muchas ocasiones llegó a considerar que no servían para
fotografiar pero, si lo hacia sin tanto esfuerzo y sin un
acabado sorprendente o maravilloso, conseguía
fotografiarlas desde un solo aspecto; obteniendo lo
esperado.
6. En su intimidad…
Su estudio es una adquisición relativamente reciente y se
dio por el implícito de trabajos simultáneos. Con esa
presión pudo encontrar la forma de trabajar varios
proyectos fotográficos a la vez, empezando desde trabajos
en la calle hasta trabajos con objetos comunes de la casa,
usando la luz de la ventana e incluso disponiendo de un
amplio taller para trabajar rápida y cómodamente. Solo así
pudo desarrollar muchas ideas a la vez.
7. Mi parecer…
Madoz es un artista sencillamente genial. Desde su humilde
creatividad es impecable en el arte de la fotografía
logrando los efectos deseados pero, con un sello tan
particularmente propio que a los ojos del espectador le es
imposible, no dejarse seducir y, admirar tanta belleza.
Magistralmente en la mezcla del blanco y el negro, opone el
poder a la bondad, lo misterioso a la pureza, la inocencia a
la formalidad, la luz al color enigmático, el optimismo a la
intransigencia logrando un impacto perfectamente
elegante, que le da ese sello personal, intransferible, único
e irrepetible.