El azufre se transforma en diversos compuestos y circula a través de la biosfera en el ciclo del azufre. Entra en la atmósfera desde fuentes naturales como volcanes activos y descomposición de materia orgánica, y desde actividades humanas como la minería, industria y combustión de carbón y petróleo. Los organismos utilizan el azufre para la síntesis de proteínas, aunque su uso no influye significativamente en el ciclo global del azufre.