La crisis de la Baja Edad Media en Europa se debió a varios factores como el aumento de la población, malas cosechas y la llegada de la Peste Negra en 1347, la cual mató aproximadamente a un tercio de la población europea. Esto tuvo un gran impacto económico, social y psicológico, disminuyendo la fe y aumentando los conflictos bélicos. Además, la falta de conocimientos médicos hizo que los tratamientos para la peste fueran ineficaces y empeoraran la situación