Este código de ética policial establece las obligaciones fundamentales de los policías de servir a la sociedad, proteger vidas y bienes, y respetar los derechos constitucionales de todos. Los policías deben llevar una vida irreprochable como ejemplo para otros y mostrar valor, calma y moderación en todo momento. También deben mantener la confidencialidad de la información obtenida en el ejercicio de sus funciones y actuar de forma justa e imparcial sin aceptar influencias personales o recompensas.