Este documento discute cuatro cuestiones clave sobre el significado del descubrimiento de que la crianza coercitiva u hostil de los padres predispone a la conducta antisocial en los hijos. Explica que la crianza coercitiva es un factor causal inmediato y que la conducta antisocial de los padres es un factor más lejano. También muestra que hay una relación dinámica recíproca entre la crianza y la conducta del niño. Finalmente, enfatiza la importancia de establecer los mecanismos causales exactos subyacentes
2. Se plantean cuatro cuestiones fundamentales con respecto al
significado de este descubrimiento es parte de una mediación
genética.
Pruebas de que muchos delos padres que se
comportan de manera coercitiva u hostil han
mostrado ellos mismos conducta antisocial.
Los mecanismos causales inmediatos tienen que ver con la
crianza coercitiva, siendo la conducta antisocial de los padres;
un factor causal más lejano que actúa a través de su papel en la
predisposición a un estilo coercitivo los análisis d ' McCord
(1991).
Con la crianza correctiva de los hijos.
Por razones ya consideradas en relación con los testimonios de
mediación genética, es inverosímil que todos los efectos de una
crianza hostil estén genéticamente mediados, pero es probable
que algunos lo estén.
3. Las correlaciones de intervalos cruzados (es decir, de la crianza
en el momento la conducta del niño en el momento 2, y viceversa)
mostraron efectos en dos direcciones.
La crianza con malos tratos predisponía a la conducta
perturbadora, pero la conducta agresiva del niño tendía a hacer
más probable que las madres se retrajeran"‘ emocionalmente,
supervisaran peor y proporcionaran una crianza más dura. Se
indica un proceso dinámico reciproco. Cohen y Brook (1995).
Campbell et al. (1996),en su estudio longitudinal de chicos «
difíciles de manejar», puso de manifiesto más o menos lo mismo.
Se traducen en conducta perturbadora en niños pequeños(lo que
conduce a posterior delincuencia) o en actividades delictivas
como tales.
Los efectos parecen ser mayores para la conducta antisocial que
empieza cuando los niñez son pequeños que en la adolescencia
preocupación por la elevada frecuencia con la que los padres
utilizan el castigo físico y por los posibles riesgos psicológicos
asociados al hecho de abofetear y pegar a los niños (Baumrind)
4. La inferencia es que los riesgos aparecen solo cuando el castigo, físico forma, parte de
unas deficientes relaciones padres-hijo y no es aceptado como consecuencia.
Coercitivo de la relación y una crianza ineficaz ha hecho imposible separar los efectos
de los dos. El establecimiento exacto de los mecanismos causales que subyacen a los
riesgos asociados a la crianza hostil coercitiva son potencialmente importantes porque
suponen diferentes modelos aplicables a los procesos a través de los cuales la conducta
antisocial surge y continúa.