El documento divide la economía en tres sectores: el sector público, que incluye organismos e instituciones manejadas por el Estado; el sector privado, compuesto por individuos y organizaciones sin titularidad estatal; y el sector externo, que representa las transacciones con el extranjero. Cada sector tiene funciones específicas como promover la eficiencia, el crecimiento y la distribución equitativa de recursos.