La consejería pastoral implica ayudar a las personas a través de conversaciones y entrevistas formales e informales utilizando recursos espirituales y psicológicos. Es importante incluir al Espíritu Santo en el proceso y guiarse por Sus enseñanzas. El consejero debe prepararse adecuadamente y estar supervisado. Al aconsejar, es crucial entender el contexto único de cada persona y sus necesidades, como comprender mejor su problema, encontrar las raíces del mismo, y enseñarles principios bíblicos para solucionarlo.