El documento discute la necesidad de que la contabilidad ambiental se adapte a la racionalidad del desarrollo sostenible. Señala que las grandes industrias son los mayores responsables de la contaminación ambiental debido a que no están dispuestas a asumir los costos para solucionar el problema. También menciona que un cambio en los patrones de producción y consumo afecta directamente el PIB de los países y que el concepto de desarrollo sostenible plantea que el hombre no es el centro de la economía, sino un elemento del sistema.