La erosión es un proceso natural causado por factores climáticos como el agua, el viento y cambios de temperatura, que pueden dañar estructuras y el medio ambiente si no se controlan. Algunas técnicas para controlar la erosión incluyen la hidrosiembra para estabilizar terrenos inclinados, la instalación de drenajes pluviales para conducir el agua de lluvia lejos de las áreas, y el uso de geosintéticos para proteger taludes y otras estructuras.