Estamos ante un título que aborda el problema de una niña con síndrome de Down, inquieta y muy sensible. La aceptación familiar de este hecho y la necesidad de integrar socialmente a la niña para evitar el aislamiento o el abandono, ayudan al pequeño lector a entender esta situación y a solidarizarse con quien la padece, entendiendo que la educación es el mejor remedio para paliar las desigualdades. El personaje de Bea, que así se llama la niña con síndrome de Down, aparece creado con mucho cariño. Su conducta muestra rasgos de carácter que ayudan a conocerla y a interpretar, entre otras cosas, que sus necesidades afectivas deben estar cubiertas no solamente por el ambiente familiar sino también por la presencia de un amigo