Cuadernos escolares en la religiosidad patriótica laica
1. Convegno internazionale di studi
QUADERNI DI SCUOLA
Una fonte complessa per la storia delle culture scolastiche e dei
costumi educativi tra Ottocento e Novecento
Università degli Studi di Macerata , Macerata, 26-29 settembre 2007
La doctrina, la liturgia y los ejercicios espirituales.
Los cuadernos escolares en la religiosidad patriótica laica.
Rubén Cucuzza
Universidad Nacional de Luján
Argentina
2. 1. Introducción
El trabajo propone analogías entre prácticas religiosas y
prácticas escolares según los siguientes paralelismos:
El libro escolar = fijación de la doctrina
El acto escolar = desarrollo de la liturgia
El cuaderno escolar = espacio individual de ejercicios
espirituales
3. 1.1 Introducción
Para profundizar la comparación entre escuela e iglesia,
señalaba Iván Illich:
“La liturgia escolar tiene las mismas características
universalmente. Los niños son reunidos por edades. Se les hace
asistir a los servicios en un recinto sagrado reservado con ese
fin: “la clase”. Se les hace llevar a cabo tareas que producen
educación porque están determinadas por un ministro
ordenado: el maestro titulado. Se les hace progresar en la gracia
que les concede la sociedad al moverlos de grado en grado”[1]
[1]
Iván Illich, En América latina ¿para qué sirve la escuela?, Ediciones Búsqueda, Buenos Aires, 1973.
Más adelante dirá: “La escuela sirve como una eficaz creadora y preservadora del mito social debido a
su estructura como juego ritual de las promociones graduadas. La introducción a este ritual es mucho
más importante que el asunto enseñado o el cómo se enseña”, pp. 36-37
4. 1.3 Introducción
Nos aproximaremos al objeto de estudio desde la mirada de los
historiadores para develar las formas en que la escuela secularizó
dichas prácticas religiosas para colocarlas al servicio de la
formación del ciudadano y la generación de identidades políticas,
en términos de Hobsbawm y Ranger, como productos de
tradiciones inventadas:
“La «tradición inventada» implica un grupo de prácticas,
normalmente gobernadas por reglas aceptadas abierta o
tácitamente y de naturaleza simbólica o ritual, que buscan
inculcar determinados valores o normas de comportamiento por
medio de su repetición, lo cual implica automáticamente
continuidad con el pasado”[1]
[1]
Eric Hobsbawm, y Terence Ranger, (Eds.) La invención de la tradición, Barcelona, Crítica, 2002, p.8.
5. 1.5 Introducción
Observamos un paralelismo entre los procesos europeos y
americanos de conformación de las identidades nacionales
que nos permiten establecer analogías respecto de la serie:
1) templo, sacerdote, doctrina, liturgia, ejercicios espirituales,
para formar al creyente; con esta otra:
2) escuela, maestro, libro, efemérides, cuadernos, para formar
al ciudadano argentino.
6. 1.6 Introducción
Tendremos en cuenta los siguientes ejes de análisis: público-
privado, individual-grupal, silencioso-coral. Así:
En la puesta en acción de la escena de lectura del libro escolar
pueden combinarse momentos públicos-grupales-corales con
momentos privados-individuales-silenciosos[1]
En cambio, el acto escolar es por esencia público, colectivo y
coral; aunque admita manifestaciones individuales que el
colectivo se encarga de premiar o castigar[2]
Y el cuaderno, finalmente, oscila entre las mencionadas
categorías antinómicas participando de ambos pares en un
continuum que se desliza en grados según las actividades
asignadas al alumno.
[1]
Valga como ejemplo la práctica de interrumpir al que lee en el frente para que la maestra indique a otro
alumno “siga Usted” como elemento de control de lo individual, privado, silencioso
[2]
El recitado de un poema, el discurso de un maestro, una interpretación de danza folklórica, etc.
7. 2.1 La construcción historiográfica de la fecha fundacional de la
nacionalidad argentina: el 25 de Mayo de 1810
“El problema fundamental del porvenir de la nación argentina fue
puesto por Mayo: la condición para resolverlo en tiempo es el
progreso: los medios están en la Democracia, hija primogénita de
Mayo: fuera de ahí, como lo dijimos antes, no hay sino caos,
confusión quimeras.
La fórmula única, definitiva, fundamental de nuestra existencia
como pueblo libre, es : Mayo, Progreso, Democracia”[1]
[1]
Ibid., p.131-132.
8. 2.5 La construcción historiográfica de la fecha fundacional de la
nacionalidad argentina: el 25 de Mayo de 1810
La construcción de la Nación (y de la nacionalidad) a fines del
siglo XIX se apoyó en el sistema educativo generado por la
sanción de la Ley 1420 de instrucción primaria, obligatoria,
común y laica; cuya finalidad esencial fue nacionalizar a las
masas aluvionales de inmigrantes e integrar al gaucho.
Desplazada la Iglesia Católica como modo dominante de
transmisión de saberes, la escuela, bajo la hegemonía de las
oligarquías liberales, asumió la tarea de inventar la tradición
aunque para ello se apropió resignificándolas de buena parte de
las prácticas de su oponente como veremos.
9. 3. La versión escolar del relato historiográfico en los “libros de lectura”
Así como la preocupación inicial entre los primeros cristianos
fue comenzar a escriturar el dogma en sus aspectos
doctrinales y litúrgicos (mediante el accionar de los padres
apologistas y compiladores durante la primera patrística) el
Consejo Nacional de Educación se dedicó en los inicios del
sistema educativo argentino a regular las prácticas de la nueva
iglesia, la doctrina y la liturgia laica, continuando el ademán
modélico benedictino:
10. 3.2 La versión escolar del relato historiográfico en los “libros de lectura”
Las fechas patrias se ordenan en la misma secuencia
cronológica en el manual escolar que se constituye, en
términos de Agustín Escolano Benito, cubriendo al menos tres
funciones, como soporte curricular a través del cual se
vehiculiza la vulgata escolar, como huella de los modos y
procesos de comunicación pedagógica, y, en particular, al
señalar que “…el libro escolar es un espacio de memoria como
espejo de la sociedad que lo produce, en cuanto en él se
representan valores, actitudes, estereotipos e ideologías que
caracterizan la mentalidad dominante de una determinada
época”[1]
[1]
Agustín Escolano Benito, El libro escolar como espacio de memoria, en Gabriela Ossenbach y Miguel
Somoza, “Los manuales escolares como fuente para la historia de la educación en América Latina”,
Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2001, p. 38, cursivas del autor.
11. 3.4 La versión escolar del relato historiográfico en los “libros de lectura”
12. 3.5 La versión escolar del relato historiográfico en los “libros de lectura”
13. 4.1 La ritualización de las ceremonias y efemérides del calendario escolar
durante la “Semana de Mayo”
La ceremonia del izamiento de la bandera que inaugura el día
escolar es analizada por Martha Amuchástegui como ocupando
el lugar que durante años desempeñara tradicionalmente el rezo
diario en la misma dirección señalada de marcar con la fuerza
del ritual el ingreso al espacio “sagrado-escolar” separado del
espacio “profano-secular”.[1]
[1]
Marta Amuchástegui, Los actos escolares con bandera; genealogía de un ritual. Tesis de Maestría,
Buenos Aires, Universidad de San Andrés, Escuela de Educación, 120 p., (mimeo), 2002.
14. 5. Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
1)Si el libro escolar produce escenas de lectura que combinan
momentos de lectura colectiva coral con momentos de lectura
silenciosa individual;
2)si el ritual de las efemérides es fundamentalmente el espacio
de un montaje escenográfico colectivo;
3)el cuaderno puede ser visto en diversos momentos en sus
deslizamientos como “ejercicios espirituales” entre lo
individual y lo grupal, lo silencioso y lo coral, lo privado y lo
público.
15. 5.1 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
En cuanto elemento de evaluación permanente más que una
prueba final más o menos periódica según los ritmos establecidos
por los calendarios escolares, el cuaderno participa de los rasgos
que Lerena atribuye al examen como “puerta giratoria por la que el
ámbito de lo profano se comunica con el recinto sagrado”, y más
aún si pensamos en el ejercicio solitario del autoexamen.[1]
[1]
C. Lerena, op. cit., p. 30. Véase la siguiente interpelación dirigida al niño en el espacio privado: “Desde
niños, tratemos de ver siempre la cara de un muchacho honrado en el espejo en que nos miramos todas las
mañanas al peinarnos” 6-v-1946 (Parodi, 5to. Grado, 1946)
16. 5.2 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
Es en el espacio familiar cuando la actividad implica un “retiro”
temporal del mundo para dar cumplimiento a los “ejercicios
espirituales” que facilitarán el “curso” hacia los grados
superiores: “tanto más se aprovechará, quanto más se apartare
de todos amigos y conoscidos y de toda solicitud terrena”[2]
[1]
“Dar una lección a alguien, o enseñarle la cartilla, constituyen otras expresiones que delatan la misma estructura;
ésa que tiene borrada la raya, por ejemplo, entre los deberes que el escolar trae a su casa y los castigos que tiene
merecidos” , C. Lerena, op. cit., pp. 36-37.
[2]
P. Mauricio Mescheler, Comentario al libro de los Ejercicios Espirituales de San Ingnacio de Loyola, Buenos
Aires, LM, 1913, p. 9.
17. 5.3 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
En la escuela el espacio-tiempo del patio del juego se delimitan
con claridad de campana o timbre que expresan la orden
“permanecer quietos en su lugar” hasta la nueva orden que
reclama marchar al aula definida como el tiempo y el espacio
del trabajo.
El goce del espacio-tiempo del juego y del ocio en el hogar, en
cambio, queda librado a sensaciones y decisiones internas,
verdaderos ejercicios espirituales de autocontrol gobernados
por el temor a la sanción o la culpa.
18. 5.4 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
En cuanto a la caracterización del cuaderno dentro de la tríada
que venimos trabajando (texto, efeméride, cuaderno) por
estudios que se dedican únicamente a este componente hemos
registrado las categorías, “instrumento pedagógico”[1]
,
“artefacto”[2]
, “dispositivo escolar”[3]
, o como un “dispositif sanz
auteur”[4]
, entre otras. Dejamos aquí indicado, que, cualquiera de
ellas podría ser aplicada a los otros dos elementos, el libro o el
acto escolar; incluyéndolos en la más amplia interpelación
“fonte estremamente complessa” del título de este encuentro.
[1]
Bienvenido Martin Fraile, El cuaderno de rotación: instrumento pedagógico al servicio de la inspección,
en actas del “XII Coloquio Nacional de Historia de la Educación”, Burgos, Sociedad Española de Historia
de la Educación, 18-22 Junio de 2003, pp. 829 – 838
[2]
María del Mar del Pozo Andrés y Sara Ramos Zamora, Los cuadernos de clase como representación
simbólica de la cultura escrita escolar, en “Etnohistoria de la escuela”, actas del XII Coloquio Nacional de
Historia de la Educación, Burgos, Sociedad Española de Historia de la Educación, 18-22 Junio de 2003, p.
654 (en este caso siguiendo a Martín Lawun “como un objeto más que configura la tecnología de la clase”)
[3]
Silvina Gvirtz, Del curriculum prescripto al currículo enseñado. Una mirada a los cuadernos de clase,
Aique, Buenos Aires, 1997, p. 25.
[4]
Anne-Marie Chartier "Un dispositif sans auteur: cahiers et classeurs dans l'école primaire", Hermès, Le
dispositif, Entre usage et concept, 25, décembre 1999, CNRS, pp. 207-218.
19. 5.6 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
De las variadas expresiones especialmente ambiguas
pertenecientes al reservorio de la jerga cotidiana de la cultura
escolar, una de ellas frecuente en los cuadernos y en los
boletines de calificaciones, refuerza con el elusivo “continúa
así”, o ¡Adelante!; el paralelo entre la concepción eclesiástica de
la vida como curso hacia la salvación y el curriculum o carrera
escolar para progresar en la gracia parafraseando a Illich:
“Estudias y haces tus deberes con prolijidad; sigue siempre así.
Cariñosamente” (Nor, 1939, 5to. grado)
“Norma: Muy bueno tu cuadernito. ¡Adelante! (Norma, 1945, 5to.
Grado)
20. 5.8 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
“Padres:
Recuerden que Uds. juntamente con el maestro son
responsables del progreso de su hijo.
Ustedes deben vigilarlo para que cumpla con su deber y estudio.
Ustedes deben venir a la escuela a informarse de la marcha de su
hijo.
Ayudar en todo momento al maestro.
Juntos haremos de su hijo un correcto y buen estudiante digno y
de provecho.
Fimas de la maestra Firma del padre”
(s/d,1935, 3er. grado)
21. 5.10 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
“¡Niño Argentino!
Al empezar este cuaderno ten presente tu propósito de ser útil a
la Patria.
Debes conservar intacto el legado de Libertad que nos hicieron
nuestros padres para ser dignos sucesores de aquellos
maravillosos hombres de Mayo.[…]
Fue el cielo quien inspiró a French y Beruti brindándole sus
colores y un día, 25 de mayo de 1810, mientras bullía en el
espíritu de los nativos las ansias de Libertad, ambos patriotas
adquirieron en unos negocios de la antigua recova cintas
blancas y azules, con las que adornaron sus sombreros y
repartieron entre la multitud que desde ese momento consideró
azul y blanco como distintivo de honor.”
(José, 1935, 6to. Grado)
22. 5.11 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
23. 5.12 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
24. 5.13 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
“Ejercicio Nº 54 Composición: 25 de Mayo
Nuestra patria celebra un aniversario más de la Revolución de Mayo.
Escuchamos con emoción la música de nuestro Himno Nacional y sus
vibrantes estrofas compuestas por Vicente López y Planes.
Admiramos los hermosos colores de nuestra bandera que flamea en
todos los edificios, mezclándose entre ellos los colores de las banderas
extranjeras que se adhieren a nuestra fiesta patria.
Hace ciento treinta años que el pueblo de Buenos Aires eligió el Primer
Gobierno Patrio. Este hecho memorable, fue el primer paso que dio lo
que es hoy nuestra patria en el camino de su emancipación.
Por eso festejamos todos los años con entusiasmo el aniversario de la
magna fecha.
Los delantales, más blancos y más aún en éste día, esos uniformes
escolares que llenan de blancura nuestras almas infantiles anhelantes
de saber, saludan con admiración y patriotismo, nuestra enseña patria,
nuestros hermosos colores azúl y blanco, que resaltan como un sol
naciente en medio de un cielo azúl y manso.
¡Viva el 25 de Mayo de 1810! y ¡Viva el 25 de Mayo de 1940!”
(Catalina, 1940, 5to. grado)
25. 5.14 Reflejos y discordancias, copias y resignificaciones, en las tareas
asignadas a los alumnos en cuadernos del siglo XX.
26. 6. Herejías apenas esbozadas para un cierre provisorio
En primer lugar, conviene dejar indicado que hemos trabajado
con cuadernos que abarcan las primeras décadas del siglo XX
hasta la asunción de los primeros gobiernos peronistas donde
la propaganda política adquirió formas “nada sutiles” o, como
hemos escrito en otros lugares, bajo la forma del menos
oculto de los curriculum ocultos.[1]
La adopción de la doctrina peronista como doctrina nacional
en el Segundo Plan Quinquenal aprobado en 1952, conformó
la “herejía política” que desafiaba la imagen decimonónica de
una escuela neutral y aséptica; y, los contenidos partidarios
se impusieron en los manuales escolares, en las festividades
y en los cuadernos.
[1]
Véase Rubén Cucuzza, Ruptura hegemónica. Ruptura pedagógica: “La Razón de mi Vida” como
texto escolar durante el primer peronismo en “Anuario Galego de Historia de la Educación”, N° 2,
España, Universidad de Vigo, 1998, 153-179.
29. 6.4 Herejías apenas esbozadas para un cierre provisorio
Los alumnos pasaron de un uso clandestino de la escritura
en pupitres y paredes de los baños a usos crecientes de
apropiación de los espacios escolares institucionales:
paredes de la escuela con grafitis, ornamentaciones
adolescentes de los boletines oficiales de comunicación a
los padres; y cuadernos de clase que recogen mensajes
personales, agendan acontecimientos íntimos y expresan
sentimientos privados ligados o no a lo escolar.
30. 6.5 Herejías apenas esbozadas para un cierre provisorio
Para cerrar, dejaremos solamente indicado que un aluvión de
escrituras merecedoras de estudios interdisciplinarios se
encuentra atravesando hoy la “puerta giratoria” que separaba
lo privado de lo público, lo sagrado de lo profano, lo
individual de lo colectivo, convirtiéndola en una ligera puerta
de vaivén que pone en debate a la cultura escolar en las
circuntancias sociales de comienzos de siglo.