El documento discute la inseguridad en la Colonia Jalisco y critica a las autoridades, políticos y residentes por no tomar acciones para abordar el problema. Señala que el crimen organizado es inevitable debido a la pobreza y falta de oportunidades, y que prolongar la violencia no beneficia a nadie. Finalmente, exhorta a todos los grupos a trabajar juntos para mejorar las condiciones sociales y económicas que contribuyen a la delincuencia.
Cuántas muertes necesita el Gobierno de Tonalá para accionar en Colonia Jalisco
1. ¿Cuántas muertes necesita el Gobierno de Tonalá para emprender
acciones en la Colonia Jalisco?
En un país donde impera la inseguridad y altos índices de criminalidad; un país donde la pobreza es parte fundamental
de la cultura de la gente, ya sea por falta de iniciativa de sus habitantes o por las políticas económicas del orden
federal, en el poder ejecutivo o de lo legislativo; ya sea por tradición o por necesidad supérstite en la jungla de cemento
hay que tomar aquellas oportunidades que otorguen al individuo o al grupo la mayor satisfacción; es así que los
individuos excluidos de un núcleo familiar idóneo se agrupan para formar pandillas; estos a su vez toman de la vida
aquello que les sea capaz de tomar, sin pedir prestado ni rendir cuentas a nadie.
Es un ejercicio de la supervivencia del más fuerte, donde el enclenque no tiene lugar, pues en la calle la muerte
es la posibilidad reinante de todos los días.
Considerado desde un punto de vista en las ciencias sociales como un “problema de descomposición del tejido social”;
problema cuyos interesados parecen ser nulos o totalmente distraídos; no me atrevo a citar fuentes cuantitativas ya
que mi expresión es más categóricamente designando del orden filosofo/político, claro está también que el contenido
de este texto no va dirigido a los habitantes de la colonia Jalisco, sino a funcionarios, activistas, políticos, pensadores
y por qué no: al crimen organizado.
Me referiré al crimen organizado como un mal necesario e inevitable del ser humano; una red de personas que
encontrando una necesidad por satisfacer en el reino de lo “prohibido” arriesgan sus vidas y las de muchos otros
ciudadanos con el único objetivo (que es el mismo de muchos otros empresarios) de generar la mayor cantidad de
dinero posible y obtener cierto grado de poder e influencia necesaria para una mecánica de vida dentro del régimen.
No tocare el punto sustancial acerca de si sus objetivos sirven a un bien para la gente; o un mal, como parece
evidente, habría de seguir más a fondo la prerrogativa del problema, con el fin de detectar entre tanta basura lo que
Saint-Exupéry llamaría: “un pozo de agua a la mitad de un gran desierto”
El crimen organizado debe de entender, -no en términos de nobleza o bondad, -sino dentro del contexto de los negocios
y siguiendo la idea de Sun Tzu aquello que dice “nunca se ha visto que una guerra prolongada beneficie a un país”
Están condenándose a ellos mismos, no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo soporte; los negocios de
lo prohibido son duramente debatidos por los preceptos morales/éticos de las personas, pero es fuertemente
auspiciada por muchos otros, casi siempre recluidos dentro de la misma esencia de lo oculto.
Luego quisiera referirme a los políticos; tanto a quienes ya ostentan poder dentro del sistema organizacional de la
burocracia como aquellos que pretenden y se hacen llamar así mismos de oposición, ¿A caso no ven el beneficio que
los excluidos darían dentro del terreno electorero? El tema favorito de los políticos se basa más bien en conceptos
económicos: la pobreza, la falta de oportunidades, la baja calidad alimenticia, escasez de empleo, etc…
Pero nunca he escuchado hablar a ningún político seriamente a cerca de la descomposición social; o el
crecimiento gradual de la población pandillera. Lo mencionan per se cómo una consecuencia producida por una
variable independiente ¡CUYO CONTROL NO EXISTE!
Por último quisiera referirme a los habitantes de la Colonia Jalisco cuyo único crimen al parecer es ser conformistas o
víctimas. Aquellos a quienes no les interesa en lo absoluto los sucesos que acontecen en su colonia y únicamente
están pensando en la oportunidad para salir corriendo y buscar una vida mejor; aquellos que señalan y se quejan, pero
que jamás levantaran un dedo, ni siquiera los religiosos tan preocupados por la paz y la salvación, pero la suya. A las
víctimas no les queda de otra; están tan ocupados en sus trabajos o agobiados por las presiones económicas y
familiares que interesarse por otros temas recae en sus hombros cual enmienda insoportable; ¿A caso no ven el
beneficio a corto plazo que habría si tan solo se tomaran la molestia de actuar en pro del futuro de sus predecesores?
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