El poema describe la condición humana a través de la metáfora de la pobreza, la fragilidad y la necesidad de corresponder el amor. Relata la historia de un sabio mendigo que encuentra a otro en peor situación y le ofrece la poca comida que tiene. Luego reflexiona sobre volver a sentirse niño ante Dios y sobre la poesía popular.

1. Décimas<br />En túmulo de oro vago<br />cataléptico fakir<br />se dio el tramonto a dormir<br />la unción de un Nirvana vago...<br />Objetívase un aciago<br />suplicio de pensamiento,<br />y como un remordimiento<br />pulula el sordo rumor<br />de algún pulverizador<br />de músicas de tormento<br />Amor, no te llame amor<br />el que no te corresponde<br />pues que no hay materia adonde<br />imprima forma el favor.<br />naturaleza, en rigor,<br />conservó tantas edades<br />correspondiendo amistades<br />que no hay animal perfeto<br />si no asiste a su concepto<br />la unión de dos voluntades<br />Cuentan de un sabio que un día<br />tan pobre y mísero estaba<br />que sólo se sustentaba<br />de unas hierbas que cogía.<br />quot;
¿Habrá otro -entre sí decía-<br />más pobre y triste que yo?quot;
<br />Y cuando el rostro volvió<br />halló la respuesta, viendo<br />que otro sabio iba cogiendo<br />las hierbas que él arrojó<br />Volver a los diecisiete<br />después de vivir un siglo<br />es como descifrar signos<br />sin ser sabio competente.<br />Volver a ser de repente<br />tan frágil como un segundo.<br />Volver a sentir profundo<br />como un niño frente a Dios.<br />Eso es lo que siento yo<br />en este instante fecundo<br />Iván Zuleta, no creo<br />que usted la poesía conozca,<br />porque rima en forma tosca<br />versos que le salen feo.<br />La seguidilla que veo<br />en cada verso que canta<br />le juro que no me espanta<br />porque tengo buen vocablo.<br />¡Yo creo que te salió el Diablo<br />en esta Semana Santa!<br /> Soy el poeta popular<br /> soy errante peregrino<br /> que va abriéndose camino<br /> en el folklor nacional<br /> en mi tierra he de sembrar<br />