El documento establece los principios éticos que un pastor debe seguir en su labor, incluyendo mantener la confidencialidad, no discriminar, respetar los derechos humanos, no participar en tortura o malos tratos, denunciar violaciones a los derechos humanos, ser prudente y objetivo, reconocer los límites de su competencia, evitar la manipulación y no crear falsas expectativas.