El derecho a la información tiene una doble dimensión: individual y colectiva. La dimensión individual protege el derecho de las personas a recopilar, difundir y publicar información libremente, formando parte de su autodeterminación. La dimensión colectiva constituye el pilar esencial de los estados democráticos y permite la difusión de información crítica, fomentando la tolerancia y el pluralismo social.