El documento discute la relación entre el derecho y la tecnología. Explica que históricamente los abogados han sido reacios a las nuevas tecnologías, pero que ahora se están incorporando más herramientas tecnológicas en la enseñanza del derecho. También describe cómo las herramientas digitales como Internet y las redes sociales están influyendo en cómo se manejan los asuntos legales y la relación con los clientes. Finalmente, proporciona algunos datos sobre el uso de Internet en México y redes sociales especializadas para abog
2. Antecedentes
• Es bien sabido que el derecho y la tecnología no han ido
siempre de la mano, los licenciados en derecho de
generaciones pasadas tenían cierta reticencia a las nuevas
tecnologías. “Los abogados son, en general, muy reacios al
avance tecnológico. No es algo reciente, se ha dado siempre.
Los abogados casi siempre llegan tarde a los desarrollos de
otras ramas del conocimiento. Esa reticencia o falta de
espíritu abierto a la innovación es algo que afecta
profundamente al derecho, para cuya actualización a veces
hay que esperar demasiados años.
3. Actualidad
• En la actualidad, existe más apertura por parte de los
estudiantes de derecho hacia este tipo de herramientas
tecnológicas, ya que dentro de los planes de estudio se
incorporan asignaturas como Fundamentos de informática,
Informática jurídica, Taller de informática aplicada al
derecho, etcétera. Quizá el mayor desafío sea para aquellas
generaciones de abogados que no conciben sus despachos sin
la tradicional máquina de escribir (hoy resulta mucho más
difícil encontrarlas) y que no están en posibilidades de usar
programas para el procesamiento de información.
4. Relaciones
• Es un hecho: la forma de tratar los asuntos jurídicos, la
documentación, la gestión de los asuntos, la relación con los
clientes, la organización del despacho y la presencia de la
firma de abogados, han sido influidos por la aparición de las
herramientas digitales. Los abogados y estudiosos del derecho
no pueden estancarse en la defensa de procedimientos
caducos, sino más bien convertirse en sujetos dinámicos y
cambiantes de acuerdo a las demandas sociales que imperan
en estos tiempos.
• Ahora, no sólo es imprescindible una computadora, sino la
conexión a un módem para tener acceso a todas las
posibilidades que nos brinda la gran red de redes (Internet).
Es importante consignar algunos datos de la supercarretera
de la información para dimensionar las posibilidades que nos
brinda con su uso en sus diferentes aplicaciones.
5. México *Derecho y tecnologia
• La Asociación Mexicana de Internet (Amipci), en su octavo estudio sobre los hábitos de los
internautas en México, publicado el 17 de mayo de 2012, menciona que en 2011 había
40,6 millones de usuarios de Internet en nuestro país. Los dispositivos utilizados con más
frecuencia para conectarse fueron PC (64%), laptop (61%) y smartphone (58%), cifra que
se duplicó con respecto al año anterior (26%). El tiempo promedio diario del internauta fue
de 4 horas con 9 minutos y las actividades realizadas fueron: búsqueda de información
(29%), utilización de correo electrónico (28%) y conexión a redes sociales (17%).
• Como se observa en el párrafo anterior el reto es impresionante y los abogados y
estudiantes del derecho no pueden quedar al margen de estos hechos. Las redes sociales
son otro fenómeno que, bien utilizado, puede brindar grandes ventajas si consideramos
que 9 de cada 10 mexicanos acceden a alguna (Amipci, 2012).
• Al margen de redes sociales como Twitter, con 260 millones de usuarios y Facebook con
más de 600 millones, existen otras, especializadas para estudiosos del derecho. Una
novedad a este respecto es la red Lawyrs, adecuada para estudiantes de derecho y
abogados, que permite compartir información y noticias relacionadas con su profesión.
Otra se llama Lawlink y permite establecer redes entre licenciados en derecho que
practican en diversos campos de la ley, pueden compartir documentos, usar foros y
sistemas de mensajería, además de crear grupos de estudio.
• Otra de las funciones principales de Internet es el correo electrónico. Enviar y recibir estos
mensajes se ha convertido en la primera actividad en línea en nuestro país (Amipci, 2012).