2. • Es bien sabido que el derecho y la tecnología no han ido siempre de la mano, los
licenciados en derecho de generaciones pasadas tenían cierta reticencia a las nuevas
tecnologías. “Los abogados son, en general, muy reacios al avance tecnológico. No
es algo reciente, se ha dado siempre. Los abogados casi siempre llegan tarde a los
desarrollos de otras ramas del conocimiento. Esa reticencia o falta de espíritu
abierto a la innovación es algo que afecta profundamente al derecho, para cuya
actualización a veces hay que esperar demasiados años. El mundo cambia y los
abogados parecen resistirse a verlo, o tomar medidas para seguirle el paso a la
fluctuante realidad” (Carbonell, 2011).
3. • A este respecto, Pérez-Luño nos dice que: “La coyuntura presente reclama de
juristas, filósofos y teóricos del derecho una conciencia tecnológica, es decir, una
actitud reflexiva, crítica y responsable ante los nuevos problemas que en las
diversas esferas del acontecer social suscita la tecnología y ante los que ni el
derecho, ni quienes lo aplican o lo estudian pueden permanecer insensibles”.
4. • En la actualidad, existe más apertura por parte de los estudiantes de derecho
hacia este tipo de herramientas tecnológicas, ya que dentro de los planes de
estudio se incorporan asignaturas como Fundamentos de informática,
Informática jurídica, Taller de informática aplicada al derecho, etcétera.
Quizá el mayor desafío sea para aquellas generaciones de abogados que no
conciben sus despachos sin la tradicional máquina de escribir (hoy resulta
mucho más difícil encontrarlas) y que no están en posibilidades de usar
programas para el procesamiento de información.
5. • La Asociación Mexicana de Internet (Amipci), en su octavo estudio sobre los
hábitos de los internautas en México, publicado el 17 de mayo de 2012, menciona
que en 2011 había 40,6 millones de usuarios de Internet en nuestro país. Los
dispositivos utilizados con más frecuencia para conectarse fueron PC
(64%), laptop (61%) y smartphone (58%), cifra que se duplicó con respecto al año
anterior (26%). El tiempo promedio diario del internauta fue de 4 horas con 9
minutos y las actividades realizadas fueron: búsqueda de información (29%),
utilización de correo electrónico (28%) y conexión a redes sociales (17%).
• Como se observa en el párrafo anterior el reto es impresionante y los abogados y
estudiantes del derecho no pueden quedar al margen de estos hechos. Las redes
sociales son otro fenómeno que, bien utilizado, puede brindar grandes ventajas si
consideramos que 9 de cada 10 mexicanos acceden a alguna (Amipci, 2012).