La idea de nación en Chile se construyó sobre elementos como los debates políticos entre liberales y conservadores sobre temas como el centralismo, los poderes del estado, los derechos individuales y la secularización. Los espacios de expresión pública como la prensa, la historiografía y la literatura también ayudaron, al igual que el sistema educativo que buscaba generar una cultura y moral republicanas a través de la educación primaria, secundaria, superior y técnico-profesional.