Este diario metacognitivo describe las actividades y aprendizajes de una clase de Creación Literaria entre enero y mayo de 2013. Se resumen las cinco unidades del curso, incluyendo el análisis de poemas, técnicas de lectura, cambios en el lenguaje, géneros literarios y proyecto final. También se incluye un resumen de la novela original escrita por el autor como resultado final de la materia.
SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
Dm creación literaria
1. Diario metacognitivo de la materia de Creación literaria Enero-Mayo 2013
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Creación literaria
En esta materia comenzamos viendo una película llamada “Escritores de libertad”, está enfocada
en el triunfo a partir de proponerse un sueño.
Desde la segunda clase empezamos a leer una serie de cuentos de Juan Rulfo contenidos en el
libro “El llano en llamas”, en estos textos encontramos una forma diferente de escribir: un
lenguaje que la gente pudiera entender mejor.
En esta clase aprendí que para aprender sobre un tema hay que entender los conceptos hasta que
seamos capaces de analizar una lectura.
Cabe destacar que en esta materia teníamos evaluaciones al término de cada unidad, esto provoca
que el contenido sea mejor comprendido.
A continuación un resumen de lo que aprendimos por unidad:
En la primera unidad aprendimos acerca de las figuras retóricas, además de comprender
los periodos literarios y la lectura y análisis de 7 poemas.
La segunda unidad nos llevó a conocer cómo podemos evaluar la eficacia de la lectura, por
medio de técnicas para calcular: velocidad lectora, comprensión lectora y retención
lectora.
Dentro de la tercera unidad conocimos algunas formas en las que las palabras pueden
cambiar; también vimos cómo nuestro lenguaje ha cambiado constantemente.
En la cuarta unidad aprendimos características de los géneros literarios creativos como: el
cuento, la novela y mitos o leyendas.
Para la quinta unidad hicimos un análisis de los géneros narrativos, ya que teníamos que
comenzar a trabajar con nuestro proyecto final.
Durante el semestre también aprendimos 52 tips de Eusebio Ruvalcaba.
En la siguiente página incluyo el resultado final de la materia: una novela original de mi autoría.
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La Ilusión
Eran las tres de la tarde y el vuelo de Sofía estaba próximo a salir, lágrimas en sus ojos
reflejaban aquella tristeza inconsolable que solamente la muerte podría apagar. –
Pasajeros con destino a Montreal favor de abordar el vuelo 1601— después de escuchar
esto aquella joven tomó sus maletas para partir. – Señorita, se le cayó su pasaporte—dijo
un apuesto muchacho. Ella difícilmente pudo sacar media sonrisa para agradecer aquel
acto de amabilidad pero sus ideas seguían congeladas pensando en el pasado y en lo que
podría suceder, si ella no partía en ese momento de aquella ciudad que tanto amaba:
Barcelona, España. Finalmente llegó al avión que ya tenía la mitad de los asientos
ocupados; después de unos cuantos minutos encontró el asiento con el número 12,
justamente el que tenía su pase de abordar; cuando estaba a punto de abrocharse el
cinturón se acercó una sobrecargo para pedirle que abandonara su asiento. –Disculpe, no
queremos molestarla pero hubo una confusión en el sistema y le tenemos que reasignar
su lugar, pero no se preocupe tenemos un asiento en primera clase-. Sofía no tenía humor
para discutir y simplemente tomó su bolsa y se dirigió hacia su nuevo lugar, acomodó sus
cosas y con un poco de inseguridad se colocó en el asiento. Sonó la alerta de abrocharse
los cinturones mientras el avión se aproximaba a la pista de despeje; y sin que hubiera
movimientos bruscos, luego de dos minutos, la distancia entre el suelo y el avión era cada
vez más extensa. –A partir de ahora queda permitido el uso de aparatos electrónicos y
puede desabrocharse el cinturón de seguridad— al terminar el anuncio, Sofía estuvo más
segura, pero las lágrimas seguían corriendo, de pronto observó un pañuelo enfrente de su
cara y siguiendo la silueta del brazo hasta la cara de la otra persona, se dio cuenta que era
el mismo joven que había sido amable con ella en el aeropuerto y con un poco de timidez
dijo: gracias. El muchacho amablemente sonrió y continuó leyendo una revista científica;
de pronto sintió la necesidad de hablarle a la chica que estaba a su lado pero pensaba que
sería muy molestoso de su parte, pero se le ocurrió preguntarle qué era lo que le afligía y
decidió así probablemente comenzar una conversación, algo le había llamado mucho la
atención y sentía que no podía dejarlo pasar. Entonces dijo: disculpa, ¿te sientes bien?,
perdón, déjame presentarme- soy Santiago; de pronto pensó que lo único que estaba
logrando era fastidiar a la hermosa señorita; en un instante logró escuchar respuesta -soy
Sofía, mucho gusto- en ese momento Santiago se sintió más tranquilo y guardó la revista
dentro de una mochila que traía. Pero para su sorpresa Sofía solamente respondió –Estoy
bien, gracias—y se reclinó en una almohadilla dando a entender que lo único que quería
hacer era descansar. Las horas de vuelo pasaban y simplemente ya no hubo ni siquiera un
roce de miradas entre aquellos dos jóvenes. Mientras todo esto pasaba, un hombre de
edad ya avanzada observaba las acciones de Santiago y se daba cuenta de su
desesperación, pero notaba también que Sofía estaba inundada por la aflicción; y trató de
animar al joven, era momento de contarle la historia de su vida. ¡Joven, joven!- dijo aquel
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viejo- Santiago giró la cabeza para buscar de dónde venía esa voz, que aunque sonaba
desesperada mantenía un volumen bajo, se dio cuenta que un hombre lleno de canas de
un color blanco muy puro era el que buscaba su atención. La misma desesperación hizo
que respondiera con un fuerte ¡mande!, varias personas voltearon rápidamente a verlo y
él se sintió muy apenado pero seguía con la mirada fija en el hombre que le había
llamado, le pareció muy extraño que un hombre completamente desconocido le hablara,
pero pensó que quizás le diría algo interesante, así que abrió su mente y se dispuso a
escuchar lo que le diría el anciano. –Hijo, creo que estás desesperado, creo saber qué es lo
que tienes y tengo algo para contarte, ¿quieres tomar un café cuando lleguemos a nuestro
destino para poder hablar?- Mientras decía esto, no dejaba de recordar las imágenes de
su pasado y se lamentaba de lo que había ocurrido. Santiago pensó que aquel hombre
sería una fuente de experiencia que quizás debía de tomar en cuenta así que aceptó la
invitación.
Llegó la hora de bajar del avión y los dos hombres con una diferencia de edad muy notable
bajaron uno tras otro, el mayor con un maletín y el joven con una mochila. Llegaron a uno
de los restaurantes pequeños que había en el aeropuerto y se sentaron en una mesa chica
con bancos altos; el peso de la edad dificultó un poco que se pudiera sentar aquel viejo,
finalmente lo logró. Se acercó una mesera que dejó la carta de las comidas en medio de la
mesa y se retiró. En ese momento se escucharon unos tacones venir por el pasillo y los
dos hombres voltearon pero Santiago rápidamente reconoció el rostro de Sofía y fijó su
vista en aquella silueta tan pura y linda que marcaba a la joven. Ella alzó la mirada y vio a
Santiago, recordando su amabilidad sonrió pero continuó en su camino. El viejo notó aún
más las expresiones de Santiago y tiró una carcajada. El joven movió la cabeza
lamentándose de su historia. Llamaron a la señorita que atendía en el restaurante y
ordenaron un café con un panecillo cada uno –que mi café esté bien cargado- dijo
Santiago. Entonces la plática empezó, -mira muchacho quiero contarte mi historia, fue
mucho tiempo atrás pero pienso que te servirá de algo o simplemente reflexionarás en
ella- dijo el viejo; Santiago afirmó con un rotundo ¡sí! pensando en que en aquella historia
encontraría la solución para conocer a Sofía pero pensaba que ella se alejaba cada
segundo un poco más y el solamente sabía su nombre, ni siquiera su apellido. Entonces el
viejo comenzó a hablar: Mira, este, ¿cuál es tu nombre? –Santiago, señor- bueno Santiago
como te había dicho hace muchos años pasé por momentos que jamás voy a olvidar,
cuando era joven y vivía la vida desenfrenadamente, en realidad nada me importaba,
jamás pensaba en lo que podría pasar cuando hacía las cosas; me encantaba jugar con las
chicas y que ellas quedaran desilusionadas, en serio lo disfrutaba –Santiago comenzaba a
pensar que la edad en el señor lo hacía decir locuras- ¡Hijo! Lo que te digo es real pero
aquí va la parte interesante, cuando terminé la preparatoria mis padres me regalaron un
viaje con mis amigos, siempre había tenido el sueño de ir a París y conocer muchas
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mujeres así que ese fue nuestro lugar de destino. Cuando llegamos a París estábamos
desesperados por conocer chicas y esperábamos también con ansias que la noche llegara
para salir a conocer la ciudad, no pasó mucho tiempo y nuestro reloj marcaba las nueve
de la noche así que emprendimos nuestro camino hacia las calles en las que hubiera más
gente, ahí nuestra diversión estaba garantizada. Después de tomar un transporte,
llegamos en cinco minutos. Había un restaurante justo en la esquina de la primera calle
donde estábamos que aunque no tenía una fachada tan moderna y nueva, tenía mucha
gente esperando por entrar y pensamos que sería un buen lugar para socializar; me
acuerdo perfectamente del nombre se llamaba “nourriture, l'amour et le vin”, ahorita
sabrás por qué me aprendí el nombre; bueno, entramos y vi directamente al fondo de la
barra donde servían los licores y vi a una hermosa mujer, en realidad no tenía la más
mínima idea de dónde era pero se veía que era extranjera en su color de piel y en sus
rasgos físicos, tenía un tono de piel perfecto; después de agarrar valor caminé hacia
donde se encontraba, pensé que no sería tan fácil conquistar a una mujer en la posición
en la que ella estaba, pero lo peor que podría pasar era que no me hiciera caso y ya lo
había experimentado antes; cuando llegué le pedí algo de tomar y me le quedé viendo
fijamente esperando una respuesta, ella solamente me ignoró y rápidamente me dio lo
que había pedido, antes de que se retirará le hablé y le dije: Hola, ¿Cómo te llamas?, no
supe cómo le parecí pero ella dijo con una voz suave pero ruda y en tono burlón: ¿En
realidad crees que te voy contestar?, por dentro me sentía muy nervioso pero sabía que
tenía que hablarle de una manera firme; aún con todos los nervios pude decir sí. Al
parecer nadie había estado tan seguro frente a ella antes, hizo un gesto que me dio mucha
confianza, tristemente ya no dije nada y ella se fue, pero algo me decía que iba a regresar
-¿Y regresó?—dijo Santiago; sí regresó pero me dijo que si quería verla tenía que esperar a
que se fueran todos los clientes, aunque era un gran rato pensé que valdría la pena. En
ese momento Santiago notó que algo malo había pasado, veía cómo poco a poco
cambiaba la expresión en el rostro del hombre mayor, después de un rato el hombre
confesó que todo lo que había dicho era mentira pero necesitaba que Santiago se sintiera
motivado. El joven sintió más coraje que nunca en su vida y decidió marcharse. No
encontraba las razones para explicar sus continuos fracasos y desilusiones, sin embargo
confiaba en las palabras que alguna vez escuchó de su padre: “El amor no se tiene que
convertir en parte de tu historia, simplemente es parte de tu destino”. Se preguntaba
acerca de cuál sería el amor verdadero y cómo distinguirlo de las simples atracciones. -
¡Santiago, Santiago!— una dulce voz se oyó, era Sofía. Santiago miró aquel rostro que no
pensaba olvidar y las miradas de los dos jóvenes se cruzaron, parecía que ambos sentían
una atracción. Fue como si en ese momento un imán los juntara, tan cerca que Sofía pudo
distinguir aquel aroma tan agradable en Santiago. A unos cuantos metros de distancia
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estaba un pequeño parque y los pasos de aquellos jóvenes parecían tener una guía que los
llevaría a estar juntos desde ese momento.
Después de que Santiago y Sofía se sentaron en una banca del parque, ella dijo: cuando
abandoné el aeropuerto no pude dejar de pensar en lo amable que habías sido conmigo,
mira, si me porté un poco indiferente es porque hay una gran aflicción en mí, es esa
misma la que me trajo hasta Montreal, quiero olvidar todo por lo que pasé. Luego de la
última palabra los ojos de Sofía se inundaron de lágrimas y no pudo evitar el llanto. –No sé
si tu historia y mi historia tengan algo en común— dijo Santiago, luego continuó -en toda
mi vida jamás he podido ser feliz en cosas relacionadas con el amor, no sé si soy muy malo
para llevar ese tipo de relaciones o es que en realidad no ha llegado la persona indicada;
Sofía interrumpió con un tono de voz quebrado –cuando terminé mi última relación me di
cuenta que eso del amor verdadero y la persona indicada pueden ser simplemente un
ingrediente dentro de las historias irreales; porque aquí, en el mundo real, eso está
dejando de existir. –Te voy a decir la verdad, simplemente con verte durante el vuelo
siento una atracción por ti, no puedo decir que te amo porque en realidad no te conozco,
solamente sé tu nombre y deduje que eras española, pero no creo que sean datos
suficientes -expresó Santiago-. –En realidad me sorprendes Santiago, eres muy directo,
pero es imposible que con este corazón tan lastimado que tengo pueda darte un
espacio— luego respondió Santiago: No Sofía, por favor no me digas eso yo te puedo
ayudar, no te estoy pidiendo convertirme en parte de tu corazón, simplemente déjame
conocerte más y demostrarte lo que siento pero poco a poco. Parecía que Sofía
comenzaba a cambiar de idea porque una pequeña sonrisa se asomaba, pero quitando un
poco la sonrisa dijo: ya me tengo que ir, el hotel en el que me voy a quedar por un tiempo
me pide que me registre exactamente en 20 minutos y no estoy segura si voy a llegar tan
rápido. –Bueno— dijo Santiago. Sofía lo miró de nuevo y le dijo: si quieres y puedes
acompáñame al hotel y después de que me registre podemos salir. Santiago aceptó
encantado; juntos tomaron el primer taxi que pasó por donde estaban y salieron en
camino al hotel de Sofía. A cada momento se sentía la atracción que los dos tenían; pero
no hablaban. Sofía inclinó un poco su cuerpo hacia adelante para agarrar algo de su bolsa,
de pronto se escuchó el claxon de otro carro, Santiago levantó la vista y el automóvil se
aproximaba hacia el lado en el que venía Sofía, él trató de reaccionar pero fue imposible,
un fuerte golpe los empujó hacia el lado contrario del carro; en ese momento Santiago
alcanzó a sostener a Sofía, sentía golpes por todas partes pero había alguien que le
importaba más y que en ese momento estaba desesperado por salvar; terminó el
movimiento del accidente y la gente se acercaba para ayudar. La voz de Sofía se escuchó:
no me olvides. Santiago apenas pudo ver como los ojos de aquella joven que había
cautivado su corazón dejaron de moverse. Un grito tan profundo pero tan débil salió
desde Santiago -¡No!— quizá la vida nunca le dejaría ver el amor, pero este era el
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momento más triste y frustrante de su vida, cuando todo parecía estar resuelto ocurrió
ese accidente; nunca se supo el motivo de la muerte de Santiago al día siguiente, algunos
dijeron que fue por el dolor en su corazón.