En el último capítulo de la primera parte, Don Quijote es engañado por el cura y el barbero para que vuelva a su pueblo, convenciéndolo de que ha sido encantado. Durante el viaje de regreso, Sancho intenta convencer a Don Quijote de que no está encantado, sino que fue engañado. Al llegar a su destino, Don Quijote comienza a dudar de los libros de caballería que lo llevaron a su locura.