El absolutismo fue un régimen político dominante en Europa entre los siglos XVI y XVIII, en el que todo el poder se concentraba en la figura del monarca. Los reyes gobernaban sin límites y se creía que su poder venía directamente de Dios. Este sistema prevaleció hasta la Revolución Francesa de 1789, que marcó el inicio del declive del absolutismo en Europa occidental. Aunque algunos monarcas intentaron restaurarlo después del Congreso de Viena en 1815, las ideas liberales y revolucionarias se habían extendido, llevando