La señorita Camiseta Rosa era orgullosa y despreciaba a las otras prendas de vestir en el armario de Carla. Sin embargo, con el tiempo su color empezó a desvanecerse y desarrolló pelusas, lo que la llevó a la tristeza. Las otras prendas la animaron y le enseñaron a apreciar lo que cada una aporta. Desde entonces, la armonía reinó en el armario.