2. El término mudéjar es acuñado por
José Amador de los Ríos en su
discurso de ingreso en la Real
Academia de Bellas Artes de San
Fernando en 1859.
Se trata de una expresión singular
y única, por la especial trayectoria
de la cultura islámica en la
península Ibérica.
Síntesis de lo cristiano y la
herencia musulmana, función de
la especial historia de la península
ibérica.
3. «El mudéjar no
corresponde, pues, en
sentido estricto ni a la
historia del arte musulmán
ni a la del arte occidental
cristiano, ya que es un
eslabón de enlace entre
ambas; es un fenómeno
singular de la historia del
arte español.»
G. M. Borrás Gualis, El Arte mudéjar
4. El mudéjar es un estilo
artístico que unos
historiadores ven como
un epígono del arte
islámico y otros como
un periodo del arte
cristiano en el que
aparece la decoración
islámica.
Sin embargo, el arte
mudéjar es una nueva
realidad artística, ni
islámico ni cristiano, sino
un producto del
“maridaje” «de lo
musulmán y lo cristiano»,
como dijo Amador de los
Ríos.
5. Mudéjar es precisamente el arte realizado en la España cristiana a partir
del siglo XII, bien por mano de obra musulmana o bien por cristianos
seducidos por la belleza del arte islámico y que perdura hasta el siglo
XVI e –incluso- se expande a Hispanoamérica y tiene un renacer en el
siglo XIX en el neomudéjar.
Edificio neomudéjar de
Correos en Zaragoza
6. La palabra mudéjar procede del árabe mudayyan (aquél a
quien se le ha permitido quedarse) y se aplica a los
musulmanes a los que, tras la reconquista, se les permite
permanecer en territorio cristiano conservando su religión
y un status jurídico propio.
7. El arte mudéjar es una nueva realidad artística separada por completo del arte
hispanomusulmán. que nace como consecuencia de la convivencia de dos
culturas en la España medieval.
Son obras anónimas de albañiles mudéjares o moriscos e incluso de
albañiles cristianos que admiraban el arte árabe.
8. La capitulación de Toledo ante Alfonso
VI de Castilla (1085) y la toma de
Zaragoza por Alfonso I el Batallador
(1118) son el inicio de una situación
nueva para los cristianos, que ocupan
estos grandes núcleos urbanos aunque
sin potencial para repoblarlos.
Ante esta dificultad, se autoriza a la
población musulmana vencida a
permanecer en estos territorios bajo
dominio cristiano conservando su
propia religión, lengua y organización
jurídica siempre que paguen un
tributo.
A partir de estas conquistas se ponen
en contacto los dos pueblos,
musulmanes y cristianos.
9. Algunos de los factores que explican la
expansión de este estilo en la Península son:
• La fascinación de los conquistadores
cristianos con las obras de arte (mezquitas,
alcázares…) de las ciudades musulmanas.
• La pervivencia de monumentos
musulmanes en tierras cristianas
• La decadencia de la influencia del gótico
francés en el siglo XIV en gran parte de
España.
• A partir del siglo XIII, la influencia del
exterior fue sustituida por una cada vez más
pujante arquitectura mudéjar.
• La necesidad de realizar construcciones con
materiales más baratos que la piedra en un
contexto de crisis (siglo XIV).
• La existencia de alarifes formados en la
tradición musulmana capaces de adaptarse
a las exigencias de los nuevos señores (la
maestría de los alarifes mudéjares)
10. Los alarifes son maestros en la utilización del ladrillo y tardan muy poco
tiempo en hacer sus construcciones.
• Emplean materiales blandos y baratos como ladrillo, yeso y barro
vidriado, no utiliza grandes sillares sino albañilería.
• Se sustituye la bóveda por techumbre plana o armaduras.
• Tanto los elementos estructurales de la obra como los puramente
ornamentales tengan un claro sabor islámico... aunque estemos dentro
de un templo cristiano.
11. La arquitectura mudéjar fue un fiel reflejo de lo que en aquellos
siglos medievales era la península ibérica: una enorme mezcla de
tradiciones, de culturas y de religiones, de maneras de entender la
vida y de comprender el mundo.
12. No es un estilo artístico
unitario: posee características
peculiares en cada región,
entre las que destacan el
mudéjar toledano, el leonés, el
aragonés y el andaluz.
Esta diversidad de los focos
mudéjares se explica por los
diferentes momentos en que
se produce la conquista
cristiana de Al-Andalus: el arte
islámico había alcanzado
diferente desarrollo en cada
territorio conquistado, y hubo
influencias recíprocas durante
la conquista.
13. Se utilizan tipologías muy diversas, siendo frecuente que en la arquitectura
palatina se adopten modelos de tradición hispanomusulmana (califa, taifa
y almohade), mientras que en la arquitectura religiosa se empleen
modelos cristianos (románicos y góticos) asociados a elementos de
inspiración islámica como las armaduras de madera, los repertorios
ornamentales o la estructura de las torres campanarios
14. • Utiliza materiales baratos (ladrillo, yeso,
madera) revestidos con estuco, madera y
cerámica vidriada para disimular ese
material barato.
• Recoge formas arabizantes decorativas (
lacería, motivos geométricos, vegetales,
modillones de rollo, bóvedas califales,
arcos ciegos, mocárabes, artesonados en
madera…..)
• Prefieren el pilar a la columna, aunque
ésta no desaparece, de fuste liso.
• Usan mucho la torre-campanario muy
altas, cuadradas o poligonales, influencia
de los alminares almohades)
• Arco: herradura, apuntado,
polilobulado, mixtilíneos,
entrecruzados, típicos de Al Andalus
CARACTERÍSTICAS:
16. • Estamos ante una expresión
plástica nueva y singular; un arte
en gran medida funcional.
• Sus formas artísticas están
dominadas por la importancia de
los elementos decorativos, a
menudo repetitivos, ocupando
toda la superficie ornamental
• Esos elementos son: los paños de
arquillos entrecruzados (sebka),
composiciones geométricas con
lacerías y estrellas, cerámica
vidriada, elementos vegetales
estilizados, e incluso motivos
cristianos.
• El arte mudéjar se sirve del
repertorio decorativo
hispanomusulmán.
17. El uso del ladrillo, la mampostería, la
argamasa, el yeso, la madera y la
cerámica constituyen los
fundamentos de la nueva
arquitectura.
Se trata de materiales de honda
tradición hispanomusulmana,
mucho más económicos, que
comportan una mayor rapidez de
ejecución, una abundancia y un
menor costo en cuanto a mano de
obra.
18. El ladrillo es el material más
importante del arte mudéjar y
se utiliza tanto en el aspecto
estructural como ornamental,
complementándolo con el uso
de techumbres de madera,
yeserías y cerámica vidriada.
19. Muros de ladrillo y yeso, arcos de herradura, techumbres de madera, suelos
de azulejos, etc. se combinaron así con los sucesivos lenguajes
arquitectónicos occidentales, para dejar su peculiar lección de convivencia y
aprendizaje mutuo.
20. Adaptación de las viejas fórmulas constructivas musulmanas a los
nuevos usos cristianos, como sucedió con las torres-campanario, que
imitaban alminares, dio lugar a originales edificios donde el
Románico y el Gótico se fundieron con la herencia islámica.
21. Las techumbres de madera
constituyen una nota
diferenciadora de la arquitectura
mudéjar y se utilizan en todo
tipo de construcciones, ya sean
civiles o religiosas.
Pueden agruparse en varias
tipologías, siendo las más
habituales:
• El alfarje, que se usa para
cubrir techos planos.
• La cubierta a dos aguas o de
par y nudillo, que se
caracteriza por su forma
trapezoidal.
22.
23. Los carpinteros mudéjares, herederos de la fecunda tradición artesanal
andalusí, nos han dejado magníficos ejemplos de su pericia, como las bellas
muestras de mobiliario, especialmente puertas decoradas con lacerías,
conservadas en diversos puntos de nuestra geografía y, sobre todo, los techos
de madera.
24. Es en las techumbres
policromadas donde la
carpintería mudéjar alcanzó la
mejor expresión de sus
conocimientos.
La larga serie existente de
alfarjes (techumbre plana de
madera labrada y
ornamentada) y la diversa
tipología de armaduras a dos
aguas o en forma de artesa
invertida, además de aligerar
sustancialmente el peso de la
cubierta, permitieron plasmar
amplios programas
iconográficos pintados, que
sintetizaban lo mejor de la
pintura gótica con los típicos
motivos abstractos y
geométricos propios de la
estética musulmana.
Interior de la catedral de Teruel:
armadura de la cubierta de la nave
central con forma de artesa invertida
25. Artesonados “apeinazados”: 4 “paños” trapezoidales inclinados,
dejan en medio un panel poligonal más grande, llamado
“almazate” y puede ir policromado o trabajado en la propia
madera con lacerías geométricas.
“Almazates” en Tordesillas (clarisas)
Valladolid
Y en Toledo (catedral, sala capitular)
26. Las yeserías constituyen
verdaderos tapices
decorativos en los muros
de palacios y capillas,
fundiéndose motivos
islámicos como la doble
palma, el ataurique,
lazos o estrellas con
otros góticos que
incluyen hojas de vid o
roble.
En la decoración en yeso
también tienen cabida
temas figurados como
animales, seres
fantásticos o escenas
cortesanas, e incluso la
epigrafía.
Sinagoga del
Tránsito,
Toledo
Decoración Alcázar de Sevilla
27. • La utilización del yeso, de larga
tradición en el arte musulmán, será
uno de los caracteres más
sobresalientes del arte mudéjar.
• El yeso, un material relativamente
abundante, y por ello económico,
sencillo de trabajar y, sobre todo,
muy versátil, permitía su empleo
tanto en suelos como en los
enlucidos de muros.
• Fue en las labores de talla de
celosías y estucos donde los
maestros artesanos desarrollaron en
todo su esplendor toda la rica
panoplia de motivos de tradición
andalusí, desde los lazos y estrellas
a los frisos de mocárabes, las
caligrafías o los motivos heráldicos
y la sebka almohade.
Las yeserías
28. La cerámica vidriada (tanto en azulejos como en alicatado) cumple un doble
papel ornamental y funcional al ser aplicada generalmente como zócalos o
arrimaderos de palacios y capillas, conservándose también en algunas solerías.
29. Suelen distinguirse:
• El mudéjar cortesano representa la
vertiente más uniforme de este
proceso artístico y procede del
patrocinio de la corte o los grandes
señores territoriales, que se encargan
de introducir los nuevos repertorios.
• El mudéjar popular o de
pervivencia contempla aquellas
manifestaciones populares que se
desarrollan de forma más espontánea
y en las que el sustrato local tiene una
fuerte impronta, dando lugar a
variedades regionales agrupadas bajo
distintos focos: leonés, castellano
viejo, toledano, aragonés, extremeño
y andaluz.
30. Suelen distinguirse:
• El mudéjar cortesano auténtica moda
importada del territorio español,
todavía musulmán, realizada a veces
por alarifes traídos de fuera,
destacando la Sinagogas de Santa
María la Blanca y la del Tránsito en
Toledo, el Palacio Real de Tordesillas,
la Capilla Real de la Mezquita de
Córdoba y los Reales Alcázares de
Sevilla.
• El mudéjar popular o de
pervivencia, de manifestación del
pueblo y pobre, que se desarrolla
espontáneamente en las regiones
reconquistadas derivadas de las
tradiciones del arte musulmán,
presentando unas variedades
regionales, como el toledano, el
leonés, el aragonés y el andaluz
31. El mudéjar cortesano:
Ofrece influencias y artistas importados por los
monarcas o los grandes señores.
Al conquistar las ciudades islámicas, estos
monarcas cristianos quedan deslumbrados por
sus palacios, instalándose en ellos y
convirtiéndolos en sus propias residencias.
Tras la conquista de Toledo los cristianos utilizaron los
alcázares como palacios y mezquitas como
catedrales, destacando el papel de la monarquía que
impulsa la mudejarización.
Alfonso VI tomó como vivienda la almunia de los
reyes de Taifas, iniciando una costumbre que
seguirán sus sucesores destacando Pedro I, bajo el
reinado del cual se construyeron las fachadas de 3
residencias: Palacio de Tordesillas (Valladolid),
Astudillo (Palencia) y Reales Alcázares (Sevilla) de
gran influencia musulmana.
Astudillo
Reales Alcázares
32. El mudéjar cortesano:
A partir de 1340 Alfonso XI comienza la construcción del Palacio de Tordesillas
(actual convento de Santa Clara), fiel reflejo de la tradición almohade, que
después remodela Pedro I, y que se adorna en su fachada con el típico paño de
sebka, y un hermoso patio con arcos lobulados.
33. El mudéjar cortesano:
El propio Pedro I
emprende también la
construcción de un
palacio en el Alcázar de
Sevilla entre 1364 y
1366, en el que se
desarrolla la tradición
formal almohade junto a
una decoración vegetal
de influencia gótica.
Portada de la Montería
34. El mudéjar
cortesano:
Considerado como
una de las obras
más importantes de
la arquitectura
mudéjar, en él
trabajan alarifes
mudéjares
procedentes de
Toledo y Sevilla
junto con artistas
granadinos
proporcionados por
el sultán
Muhammad V, al
que influyó para la
construcción del
patio de Comares
en la Alhambra.
35.
36. El mudéjar cortesano:
Otras construcciones
patrocinadas por reyes y
nobles como son los oratorios
o capillas privadas y las
capillas funerarias que,
incorporadas a palacios,
monasterios, catedrales o
iglesias, son un símbolo de
religiosidad o responden a
una necesidad de perpetuar
la memoria de sus linajes.
• Capilla de la Asunción del
Monasterio de las Huelgas
(Burgos)
• Capilla Real de la Mezquita
de Córdoba
37. El mudéjar cortesano:
Los reyes de Aragón acondicionaron la Aljafería de Zaragoza convirtiéndola en fuente de
inspiración del mudéjar aragonés
38. El mudéjar cortesano:
Los grandes señores territoriales siguen en sus residencias y palacio la pauta
marcada por la monarquía. De esta forma, durante los siglos XIV y XV, se
reforman las antiguas fortalezas, construyen nuevos castillos y levantan en las
ciudades sus palacios urbanos
Castillo de Coca
39. El mudéjar cortesano:
Castillo de Belmonte (Cuenca)
Palacios de los Ayala (actual convento de Santa
Isabel de los Reyes), Toledo
Palacio del Rey
don Pedro, en
Toledo.
41. El mudéjar cortesano:
Puertas y resto de muralla, en
los que abunda el ladrillo,
sobresaliendo la Puerta del Sol
de Toledo.
42. El mudéjar cortesano:
Mención aparte merece la comunidad judía, cuyos medios económicos y
situación privilegiada hacen posible que puedan acometer importantes encargos
artísticos en los que adoptan las nuevas fórmulas mudéjares.
43. El mudéjar cortesano:
En el mudéjar, se suelen englobar las sinagogas, pues los judíos se sirvieron del
arte musulmán. En su estructura se asemejan a los templos cristianos e
islámicos. En su decoración comparten con las mezquitas la carencia de motivos
figurativos humanos y grandes inscripciones sobre sus muros.
Sinagoga del Tránsito, Toledo
44. El mudéjar cortesano:
Se conservan tres
sinagogas que
incorporan las nuevas
corrientes artísticas
del momento al haber
estado patrocinadas
por miembros
vinculados a las cortes
de los distintos
monarcas:
• Santa María la
Blanca en Toledo
• Del Tránsito en
Toledo
• Sinagoga de
Córdoba.
45. El mudéjar cortesano:
Sinagoga de Santa María la Blanca
Es del siglo XIII, consta de 5 naves y tiene gran influencia almohade
47. El mudéjar cortesano:
Sinagoga de Córdoba
Construida entre los años 1314 y 1315 . Se encuentra decorada con atauriques
mudéjares. El muro que soporta la tribuna de las mujeres se abre con tres arcos
ornamentados con yeserías de gran belleza
48. El mudéjar popular:
Frente a la arquitectura cortesana de influencia islámica, existe otra de carácter
popular y eminentemente religiosa que toma como inspiración los modelos
cristianos, bien sean románicos o góticos y suele emplear motivos y elementos
decorativos musulmanes,
Camarna de Esteruelas, Madrid San Tirso, Sahagún, León
49. Esta inspiración cristiana ha
hecho que algunos
especialistas se refieran a
estas construcciones
como románico en
ladrillo o gótico-mudéjar.
Este mudéjar popular o de
pervivencia está asociado a
zonas rurales o a barrios de
las ciudades, lo que propicia
la utilización de modelos
locales que se repiten con
frecuencia de forma
invariable y determinan su
escasa evolución, utilizando
materiales baratos y mano
de obra capacitada.
50. El mudéjar popular se
desarrolla a partir de
los precedentes
islámicos locales, sin
la intervención de
especialistas
forasteros.
La parroquia urbana
o rural, basada en la
funcionalidad
litúrgica y sin grandes
pretensiones
oficiales, es el mejor
exponente para
detallar las variantes
geográficas del
mudéjar popular
Iglesia de la Lugareja. Arévalo
(Ávila). S. XIII.
51. El ladrillo va a ser el
material más
utilizado tanto en el
aspecto constructivo
(muros, pilares, arcos
o voladizos) como en
el decorativo
(arquerías ciegas,
frisos, paños
ornamentales).
Su uso se
complementa con el
de la madera para las
techumbres y las
yeserías en su
decoración interior,
generalmente
asociadas a sepulcros
y capillas. Iglesia de San Andrés (Olmo de la Guareña)
52. Este mudéjar popular tiene un marcado carácter local que determina la
existencia de variantes regionales en las que, según el caso, pueden quedar
más patentes las influencias románicas o góticas o las califales, taifas o
almohades.
El mudéjar popular presenta características propias de cada foco regional
San Juan, Alba
de Tormes
Torre de San
Martín, Teruel
El Cristo de la
Luz, Toledo
53. Foco mudéjar leonés y castellano viejo
Los más antiguos, con gran influencia del arte románico, sus edificios de
ladrillo ofrecen una decoración con arcos ciegos de medio punto, juegos de
recuadros con rehundimientos y frisos con dientes de sierra.
54. Foco mudéjar leonés y castellano viejo
• Los alarifes siguen las tipologías cristianas
tanto en planta como en alzado, utilizando
pilares, arcos de medio punto, arcos ciegos
exteriores y portadas con arquivoltas, con
una progresión a la que se le llama
abocinamiento.
• Materiales: El ladrillo (muros), barro
prensado, la madera (armaduras de los
techos) y el yeso (decoración), de influencia
islámica.
• Portadas con arquivoltas enmarcadas en
alfiz.
• Decoraciones geométricas: Arquerías
dobladas, arcos polilobulados, recuadros
ciegos, ladrillos esquinados y otras
decoraciones geométricas.
• El ladrillo se utiliza con efecto decorativo y
obliga a variar las proporciones de ábsides,
muros y torres, siendo más pequeñas.
• Los muros inferiores tienen que ser más
recios y sus torres más pequeñas.
55.
56. Foco mudéjar leonés y castellano viejo
Este modelo se completa con la cubierta con
bóveda de horno en los ábsides, los arcos de
medio punto en las naves y las arquerías ciegas
superpuestas que decoran los ábsides.
Junto a estas arquerías ciegas, siempre de
medio punto en un primer momento aparecen
también como motivos ornamentales los
recuadros o rehundidos, las bandas de ladrillos
dispuestas en vertical o a sardinel y los frisos de
esquinillas o dientes de sierra.
San Lorenzo de Sahagún
San Andrés de
Cuéllar
Iglesia de La
Peregrina de
Sahagún
57. Foco mudéjar leonés y castellano viejo
Iglesias de Sahagún: San Tirso y San
Lorenzo
58. Foco mudéjar leonés y castellano viejo
Iglesias de San Esteban y San Martín de Cuéllar.
59. Foco mudéjar toledano
El punto originario y lugar donde se concentran las principales edificaciones es
lógicamente Toledo, donde se conservan importantes precedentes islámicos
(Cristo de la Luz)
Fachada noroeste y añadido ábside mudéjar
60. Foco mudéjar toledano
La influencia de la Mezquita del Cristo de la Luz define el tipo de ábside toledano
caracterizado por:
Basamento de mampostería y series de arquerías ciegas de ladrillo (arcos de
medio punto doblados derivados del románico castellano y arcos de herradura
apuntada trasdosados por lobulados siguiendo modelos locales).
Iglesia del Cristo de la Luz
61. Foco mudéjar toledano
En un primer momento se adopta la planta basilical de tres naves separadas
por arcos de herradura sobre columnas reutilizadas, pilares o pilares con
columnas adosadas. Así sucede en las Iglesias de San Sebastián, San Lucas,
Santa Eulalia y San Román de Toledo.
Iglesia de San Sebastián
62. Foco mudéjar toledano
Las torres de las
iglesias mudéjares
toledanas siguen el
esquema de los
alminares islámicos:
Planta cuadrada con
machón central, en
torno al cual discurre la
escalera sostenida por
bóvedas en saledizo o
por aproximación de
hiladas.
Iglesia de Santo Tomé
63. Foco mudéjar toledano
Los exteriores responden
a dos modelos: el más
antiguo, realizado en
mampostería encintada,
con cuerpo superior de
ladrillo y vanos de
herradura doblados con
alfiz como ocurre
en Santiago del Arrabal,
San Lucas y San
Sebastián.
Santiago del Arrabal
64. Foco mudéjar toledano
Otro tipo, fechado en torno a finales del XIII, en
el que el cuerpo superior se compone de una
superposición de frisos de arquerías, como
vemos en San Román, Santo Tomé o la iglesia
parroquial de Illescas.
San Román
Illescas
65. Foco mudéjar aragonés
No sólo es el que presenta una
personalidad más acusada dentro de
la arquitectura religiosa, sino
también el que mayor densidad
monumental presenta, si bien se
trata de obras relativamente tardías
66. Foco mudéjar aragonés
En cuanto a sus elementos
ornamentales, el mudéjar
aragonés recurre al modelo
taifa de la Aljafería de
Zaragoza y a las torres que
siguen el modelo del alminar
almohade.
67. Foco mudéjar aragonés
Este foco se define por el papel
fundamental que desempeña el ladrillo
frente a otros materiales.
El uso prácticamente exclusivo del
ladrillo determina que al aplicarse de
forma ornamental se utilicen una gran
variedad y riqueza de motivos.
68. Foco mudéjar aragonés
La cerámica vidriada se
convierte en un rasgo
singular del mudéjar
aragonés, utilizándose
en un primer momento
sólo en piezas aisladas
como fustes cilíndricos,
platos o azulejos.
Aartir del XIV
conformar amplios
paños donde piezas de
formas variadas,
fabricadas a molde,
rellenan las tramas
geométricas de ladrillo.
69. Foco mudéjar aragonés
La arquitectura mudéjar aragonesa se caracteriza también por la asimilación
de las estructuras del gótico levantino de finales del siglo XIII y XIV.
La Seo, Zaragoza
70. Foco mudéjar aragonés
La decoración es muy rica
tanto en el interior como
en el exterior; las paredes
se recubren de franjas
horizontales con variados
temas geométricos y en
ocasiones se utilizan
cerámicas vidriadas
polícromas.
Lo más interesante del
mudéjar aragonés son
las torres de las
parroquias, que al estar
situadas junto a las
murallas son a la vez
campanarios y puertas de
acceso a la ciudad.
Torre de
San
Martín,
Teruel
71. Foco mudéjar aragonés
Las torres de las iglesias
aragonesas tienen una clara
inspiración almohade,
siguiendo la tipología de
la Giralda de Sevilla, parecen
alminares musulmanes a los
que se ha añadido un cuerpo
de campanas.
Así sucede con las torres
cuadradas de Ateca, San
Martín y el Salvador en
Teruel y la Magdalena de
Zaragoza o los campanarios
octogonales de San Pablo de
Zaragoza o
de Tauste, datados entre
finales del siglo XIII y
comienzos del XIV.
Ateca
73. Foco andaluz
La influencia cristiana proviene
de Córdoba y Sevilla, dando
lugar a un tipo de iglesia
basilical de tres naves sin
crucero y con tres ábsides,
completamente abovedada o
con bóveda de crucería en el
presbiterio y techumbre de
madera en las naves, cubierta
que se convierte en habitual en
la etapa posterior.
En el testero occidental de los
templos se añade una torre
que sigue la disposición de los
alminares almohades, tanto en
su disposición interna como
decoración exterior.
Omnium Sanctorum. Sevilla
74. Foco andaluz
En el momento de incorporarse a la
Corona de Castilla la tradición
hispanomusulmana de Córdoba era
califal, la de Sevilla almohade y la de
Granada nazarí. La piedra se utilizó en
Córdoba, el ladrillo en Sevilla y Granada
alzó sus edificios con cajones de
mampostería y ladrillo revocados de cal.
El único material común es la madera con
que se ensamblan los alfarjes que techan
las naves de los templos.
Las construcciones religiosas si bien en
planta y estructuras siguen modelos
góticos, se enriquecen con labores de
yeserías y techumbres de gran belleza.
75. Foco andaluz
Hay 3 centros regionales en el
mudéjar andaluz: Córdoba,
Sevilla y Granada.
Las diferencias vienen por la base
islámica local, el lenguaje gótico
de los conquistadores cristianos,
materiales de construcción y etnia
de los artífices.
También había diversidad en las
soluciones góticas de los
castellanos: Cuando se conquista
Andalucía occidental se llevaba el
cisterciense burgalés y en
Andalucía oriental, el flamígero.
76. Foco andaluz
La diferenciación entre los
distintos centros proviene
del material utilizado ya
que:
• Córdoba sigue la
tradición califal y utiliza
la piedra aparejada a
soga y tizón
• En Sevilla se utiliza el
ladrillo probablemente
por influjo almohade.
La Magdalena, Córdoba
Santa Catalina, Sevilla
77. Foco andaluz
En Córdoba se construyen iglesias en el
que se mezclan la tradición califal de
construir con piedra y las estructuras
góticas burgalesas.
Son iglesias de tres naves, de arcos
apuntados, con tres ábsides en la
cabecera, tres portadas en los pies y tres
rosetones de iluminación perforando la
fachada.
La forma de aparejar los sillares a soga y
tizón, las estrellas concéntricas que
forman los rosetones y la techumbre de
madera pueden interpretarse como
técnicas mudéjares, mientras que la
huella de los canteros del norte se
constata en los ábsides de tracería gótica.
Ejemplos son las Parroquias de San Pablo
y San Lorenzo de Córdoba.
78. Foco andaluz
En Sevilla se impone un patrón con fuertes
acentos almohades (red de rombos de sebka)
e influencias cistercienses, que penetró en
Huelva y en el sur de Extremadura durante los
siglos XIV y XV.
Las iglesias sevillanas son de tres naves
separadas con arcos apuntados, construidas en
ladrillo; la torre, en el testero occidental
también de ladrillo, se hace como una réplica
de la Giralda, con abundante decoración de
sebka.
Iglesia de Omnium Sanctorum.
81. Iglesia de Santiago, Vélez Blanco, Almería.
Destaca su artesonado de madera de la nave
central, de par y nudillo, así como el
presbiterio, que fue realizado por el maestro
de obras morisco Zunzunegui y una tribuna con
celosías
Foco andaluz
En Granada el mudéjar se
difunde en el siglo XV
(debido a su tardía
conquista), conjugándose
en sus parroquias las
técnicas de albañilería y
carpintería nazarí con
algunos elementos del
gótico final, como los arcos
diafragma, los cuales
soportan la techumbre de
madera a dos aguas.
Los paramentos se hacen
con cajones de
mampostería y ladrillo,
unidos con cal
82. Foco andaluz
Al grupo andaluz se puede
incluir por características
estructurales (aunque con
ciertas influencias
toledanas), el
magnífico Claustro del
Monasterio de Guadalupe
(Cáceres), con arcos de
herradura en la parte
inferior, y tumidos en las
arquerías superiores.
En el centro del claustro
destaca el original templete
central, con estructura
gótica, rematado con tres
bolas metálicas (como en los
alminares de las mezquitas),
destacando los arcos
apuntados de la parte
inferior.