El cuento trata sobre una manzana que madura en un árbol, un gusano que quiere comerse la manzana, y una rana que vigila el charco cercano. El gusano trepa al árbol y empieza a comerse la manzana, pero la rana lo ve y salta para comérselo a él, evitando que se coma toda la manzana. Al final, la moraleja es que hay que cuidarse de los gusanos y las ranas.