La formación del suelo ocurre en varias etapas y puede tomar cientos de años. Primero, las rocas son fragmentadas por procesos de meteorización, erosión y agua de lluvia. Luego, los restos de plantas y animales se mezclan con los fragmentos de roca y materia orgánica en la superficie para formar el mantillo. Finalmente, animales pequeños y microorganismos remueven la tierra, facilitando que el aire y el agua penetren y enriquezcan el suelo.