El Diadúmeno de Policleto fue una de sus últimas obras que rompió con los esquemas representando el reposo y el movimiento al mismo tiempo. Representa al hombre perfecto no sólo físicamente sino también en términos de belleza a través de la simetría y proporción. Originalmente fue una escultura de bronce pero se realizaron más de 50 copias en mármol. La copia del siglo XVII modificó la posición de uno de los brazos.