La abuela encontró un huevo azul en su nevera a pesar de haberlo guardado blanco la noche anterior. Al llevar el huevo al mercader para reclamar, este volvió a ser blanco, lo que sorprendió a todos. Al repetirse el suceso varios días, la abuela escuchó al huevo decir que se ponía azul del frío, por lo que le regaló una bufanda y un gorro para que no pasara más frío.