El ozono se forma cuando el oxígeno molecular se disocia y los átomos se unen en moléculas de tres oxígenos. Los clorofluorocarbonos y otros químicos destruyen la capa de ozono a una tasa 50 veces mayor que los CFC, aumentando los niveles de radiación UV-B en la Tierra y dañando a humanos, animales y plantas. Los incrementos en la radiación UV-B se han observado no solo en la Antártida sino también en otros lugares como los Alpes europeos y Canadá.