El cuento describe un pueblo en el pasado que tenía muchos negocios e industrias, pero ahora tiene pocos habitantes. Relata cómo el cura criaba palomas en la iglesia para vender su excremento como fertilizante, lo que le daba mucho dinero. Un grupo de niños decidió robar palomas semanalmente para cobrarse lo que el cura les debía, ya que las palomas comían los cultivos y sus padres trabajaban gratis. Después de un año sin ser descubiertos, una beata los pilló y avisó al cura, pero