El proceso de auditoría consta de 3 fases principales: planeación, ejecución y conclusiones. En la planeación, los auditores establecen los objetivos y alcance de la auditoría y analizan los riesgos. En la ejecución, realizan pruebas como de control, analíticas y sustantivas. Finalmente, en la conclusión exponen los resultados obtenidos en informes y dictámenes.