2. Dos hermanos que vivían en una granjas
vecinas, separadas por un río, entraron en
conflicto. Fue la primera vez que se peleaban
en tantos años de trabajo uno al lado del otro;
compartiendo y cuidándose mutuamente.
Los hermanos trabajaban cada uno en su
granja y luego podían cruzar el río y disfrutar
de la compañía del otro.
3. Pero, ahora, todo había cambiado. Lo que comenzó
con un pequeño malentendido finalmente estalló en un
intercambio de ásperas palabras, seguidas por
semanas de total silencio.
Un día, un carpintero en busca de trabajo tocó a la
puerta del hermano mayor.
-Quizá tenga algún trabajo que yo pueda hacer-
-Tengo un trabajo para usted –respondió el hermano
mayor. ¿Ve aquella granja del otro lado del río? Es de
mi hermano menor. Nos peleamos y ya no puedo
soportarlo. ¿Ve aquella pila de madera? Quiero que
construya una cerca bien alta a lo largo del río para
no verlo más.
4. -Creo que entiendo la situación –dijo el carpintero-,
muéstreme dónde están las palas y le haré un trabajo
que lo dejará satisfecho.
El hombre ayudó al carpintero a encontrar el material
que necesitaba y luego se marchó a la ciudad. El
carpitnero trabajó arduamente durante todo el día y
al anochecer terminó la obra.
5. Cuando el granjero regresó, no podía creer lo que
veían sus ojos. ¡No había ningún cerco!
En su lugar había un puente que unía las dos orillas.
Realmente era un buen trabajo, pero el granjero
estaba furioso y le dijo al carpintero:
-Usted fue muy atrevido al construir ese puente
después de todo lo que le conté.
Pero las sorpresas no habían terminado ahí.
6. Al mirar de nuevo hacia el puente el hombre vio a su
hermano que se acercaba corriendo con los brazos abiertos
desde la otra orilla.
Por un momento, el granjero permaneció inmóvil de su
lado del río, pero luego, en un impulso, se precipitó hacia
su hermano y ambos se abrazaron en el medio del puente.
7. El carpintero estaba partiendo con su caja de
herramientas cuando el hermano que lo contrató le dijo
emocionado:
-¡Espere! Quédese con nosotros unos días
El carpintero respondió:
-Me encantaría quedarme, pero me quedan muchos
puentes por construir