El realismo surgió en Europa en la segunda mitad del siglo XIX rompiendo con el romanticismo en aspectos ideológicos y formales. En Hispanoamérica se manifestó hacia 1880 influenciado por fenómenos sociales como revoluciones y guerras. Se caracteriza por una reproducción fiel de la realidad a través de descripciones y un rechazo de lo sentimental, reflejando la realidad burguesa e individual y los problemas políticos, humanos y sociales de una manera verosímil y didáctica.