El Renacimiento buscaba la antigüedad y puso al ser humano en el centro del arte. La arquitectura renacentista se caracterizaba por el uso de elementos clásicos como arcos de medio punto, frontones y columnas. En el Quattrocento destacaron Brunelleschi y Alberti en Florencia, mientras que en el Cinquecento, Roma fue el centro y arquitectos como Bramante, Miguel Ángel, Palladio crearon obras maestras como la Basílica de San Pedro y la Iglesia del Redentor.