Sir Ken Robinson argumenta que la escuela mata la creatividad de los estudiantes al no permitirles desarrollar sus propios intereses. Se cuestiona también la relevancia dada a las diferentes áreas del currículo, especialmente las consideradas menos importantes como Educación Física y Educación Cultural y Artística. Se propone concebir proyectos interdisciplinares que integren todas las áreas y den más importancia a las que fomentan la creatividad.