2. INTRODUCCIÓN
La materia puede clasificarse por su forma física como un sólido, un
líquido o un gas. Las moléculas de los sólidos a temperaturas y presiones
ordinarias tienen atracción fuerte entre ellas y permanecen en posición fija
relativa una a la otra. Luego un sólido tiene volumen y forma definida y sufre
deformaciones finitas bajo la acción de una fuerza.
Las moléculas de los líquidos a temperaturas y presiones ordinarias
tienen poca atracción entre ellas y cambian de posición relativa una a otra. En
consecuencia los líquidos tienen volumen definido tomando la forma del
recipiente que los contiene, pero no lo llenan necesariamente.
Las moléculas de los gases a temperaturas y presiones ordinarias tienen
muy poca atracción entre ellas y tienen un movimiento al azar, o sea que los
gases no tienen volumen ni forma definidas, adoptan la forma del recipiente que
los contiene y lo llenan completamente.
A causa de que los líquidos y gases a temperaturas y presiones
ordinarias no resisten la acción de un esfuerzo cortante y continúan
deformándose bajo su acción, son conocidos como fluidos.
3. FUERZA EJERCIDA POR UN LIQUIDO.
El concepto de presión es muy general y por ello puede emplearse
siempre que exista una fuerza actuando sobre una superficie. Sin embargo, su
empleo resulta especialmente útil cuando el cuerpo o sistema sobre el que se
ejercen las fuerzas es deformable. Los fluidos no tienen forma propia y
constituyen el principal ejemplo de aquellos casos en los que es más adecuado
utilizar el concepto de presión que el de fuerza.
Cuando un fluido está contenido en un recipiente, ejerce una fuerza sobre
sus paredes y, por tanto, puede hablarse también de presión. Si el fluido está en
equilibrio las fuerzas sobre las paredes son perpendiculares a cada porción de
superficie del recipiente, ya que de no serlo existirían componentes paralelas
que provocarían el desplazamiento de la masa de fluido en contra de la hipótesis
de equilibrio.
La orientación de la superficie determina la dirección de la fuerza de
presión, por lo que el cociente de ambas, que es precisamente la presión, resulta
independiente de la dirección; se trata entonces de una magnitud escalar.
Los líquidos poseen un volumen fijo, aunque su forma se adapta a la del
recipiente que los contenga. El interior de un líquido ejerce fuerzas que actúan
en todas direcciones y que son perpendiculares a la superficie interior del
recipiente que lo contiene.
Cuanto mayor sea la profundidad de un punto en un líquido, mayor será
la fuerza que ejercerá, debido a que tendrá un mayor peso sobre él. Estas
fuerzas siempre se ejercen desde el interior del líquido hacia las paredes del
recipiente, por lo que a la misma profundidad, las fuerzas que ejerce el líquido
son de igual intensidad, pero de sentido opuesto. Estas fuerzas dependen de la
profundidad del punto, pero son independientes de la forma del recipiente.
La presión ejercida por un fluido varía con la profundidad a la que se
mide, esta presión se mide a partir de la superficie del fluido y no depende de la
cantidad de fluido que está por encima del punto de medición, es decir; que si se
mide la presión ejercida por el agua del mar a 20 cm de profundidad en el
4. océano, esta tiene el mismo valor si se llena un garrafón de 20 litros y se mide la
presión a la misma profundidad.
La presión ejercida por un líquido solo depende de la profundidad a la
que se mide, no de la cantidad de líquido que se tiene sobre el punto de
medición. Mientras que la presión debida a un líquido depende únicamente de la
profundidad, la presión total ejercida sobre una superficie sumergida es igual a la
presión del líquido más la presión atmosférica.
La presión se designa con la letra P, y se define como la fuerza de
compresión por unidad de área perpendicular a la fuerza.
푃 =
Fuerza Normal Sobre Un Area
Area sobre la que se Distribuye la Fuerza
= F/A
5. CONCLUSIÓN.
Cuando un cuerpo se sumerge en un fluido cuya densidad es menor, el
objeto no sostenido se acelerará hacia arriba y flotará; en el caso contrario, es
decir si la densidad del cuerpo sumergido es mayor que la del fluido, éste se
acelerará hacia abajo y se hundirá.
Concluimos que es cierto que todos los cuerpos al estar sumergidos en
un fluido experimentan una fuerza de empuje hacia arriba, por el principio de
Arquímedes analizado en el laboratorio, pues los fluidos ejercen resistencia al
sólido sumergido en ellos para equilibrar el sistema
En toda práctica experimental es necesario repetir el procedimiento varias
veces para lograr una mayor precisión y exactitud, sin embargo, como todo
experimento implica un margen de error es imposible lograr los resultados de un
sistema teórico e ideal.