inclusión

1. El trabajo en equipo, una herramienta para la escuela inclusiva.
Luis Paredes Guerrero
En la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948, art.26) se establece que “Toda
persona tiene derecho a la educación…la educación se dirigirá al pleno desarrollo de la
personalidad humana y a fortalecer el respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales…”
La Conferencia Mundial sobre Educación para Todos (Tailandia, 1994) proclama que
“existe un claro compromiso internacional para satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje
de todos los individuos, y a universalizar el acceso y promover la equidad”.
La UNESCO asimismo propone en “La Educación para el siglo XXI” (1996) que “La
educación inclusivaimplica que todos los niños y niñas de una determinada comunidad aprendan
juntos independiente de sus condiciones personales, sociales o culturales, incluso aquellos que
presentan discapacidad.”
Teniendo esto en cuenta, el gobierno de Chile promulgó la Ley N° 20.845 de Inclusión
Escolar, que comenzó a regir este año. Existía antes el concepto de integración escolar, el que
inmediatamente nos hacía pensar en estudiantes con necesidades especiales. En cambio, al
hablar hoy de inclusión, nos referimos a garantizar que todos los alumnos tengan acceso a un
ambiente cultural común, el cual les proporcione una enseñanza igualitaria.
Un informe de la OCDE 'en materia de profesores' da una idea clara sobre lo que se debe
tener en cuenta al hablar de la inclusión. Reconoce que las demandas de las escuelas y de los
profesores son cada vez más complejas y que la sociedad espera que éstas lidien eficazmente
con estudiantes de distintos orígenes o idiomas; que sean sensibles a la cultura y cuestiones de
género; que promuevan la tolerancia y la cohesión social; que respondan con eficacia a
estudiantes con problemas de aprendizaje o conductuales; que utilicen nuevas tecnologías y que
se mantengan a la vanguardia de los rápidos avances en distintos campos del conocimiento y en
los enfoques para evaluación de los alumnos. Los profesores, por lo tanto, necesitarán confiar en
sus habilidades,conocimientos y destrezas en educación inclusivapara enfrentar los desafíos que
encontrarán en el actual clima escolar (Carroll et al., 2003).
Es decir, cuando hablamos de inclusión no sólo pensamos en los alumnos que presentan
alguna discapacidad, sino también aquellos que presentan alguna diferencia respecto de su
origen social, cultural, económico, racial, lingüístico, de sexo, de religión, y que pueden también
ser distintos en sus condiciones físicas, psicológicas, y que podrían tener un efecto directo en la
sala de clases referente a ritmo de aprendizaje, a habilidades y capacidades, formas de
relacionarse, intereses, expectativas y escalas de valores.

2. La entidad educativa está llamada entonces a aceptar esta diversidad de estudiantes y
como se menciona con antelación garantizar el desarrollo óptimo de todos los alumnos.
¿Cómo puede un establecimiento garantizar el aprendizaje de los estudiantes que
presentan tal diversidad?
Desdeel campo empresarial nos llegauna estrategia organizacional – el trabajo en equipo
- que puede ser utilizada en el proceso de aprendizaje desde un enfoque inclusivo, ya que
desarrolla estrategias de intervención y medidas de apoyo necesarias para atender las
necesidades y características personales de cada alumno en su proceso de aprender.
Trabajar en equipo es realizar un trabajo en conjunto tras un objetivo en común. A nivel
escolar,se trata de “un grupo de alumnos los que tienen una conciencia compartida de identidad
y normas, los mismos objetivos y compromiso para ayudar a los demás” (Arnaiz, 1988)
Efectivamente, como se establece en el documento “El trabajo en equipo en aulas
inclusivas” hay muchas ventajas que el trabajo en equipo puede llevar al aula. Éste ofrece una
gran oportunidad de proponer y alcanzar objetivos educativos de alta calidad, además de
fomentar tanto la colaboración como la motivación escolar. Desarrolla, también, la seguridad de
los alumnos y los hace ser proactivos en su propio aprendizaje, entre otras.
Para llevar a cabo esta estrategia el profesorado debe adquirir algunas competencias
básicas para ponerla en práctica, planeando cada etapa por la que puede evolucionar el equipo
y pensando en cómo se va a presentar y organizar el trabajo.
Las implicancias que puede tener este tipo de estrategias en el aula tienen que ver con
sus efectos más o menos inmediatos tanto en el contexto social como cultural, ya que generará
una serie de cambios que permitirán el desarrollo integral en un ambiente de justicia y
solidaridad. Nadie quedará fuera, pues se potenciarán las características y circunstancias
singulares de cada uno, con el enriquecimiento en las relaciones interpersonales, donde
“aprendo yo, aprendes tú, todos aprendemos”.
Será labor del docente diseñar las tareas a implementar con el trabajo en equipo,
teniendo en cuenta la variedad de roles y responsabilidades que faciliten la planificación del
equipo. Para ello podrá realizar un seguimiento periódico de los distintos equipos estableciendo
algunos puntos de análisis. Ello le permitirá el profesor ayudar a mejorar los roles, compensando
aquellos que falten, equilibrando los existentes y detectando los roles tóxicos que perjudiquen el
resultado del trabajo colaborativo.
Al ejecutar este tipo de trabajo inclusivo en el aula se está valorando la diversidad como
elemento que enriquece el desarrollo personal y social. No sólo deberá ser orientado al trabajo
con los alumnos, sino también incluir la participación de padres y apoderados de la comunidad,
ya que es de mucha importancia que todos los agente educativos se relacionen de una forma
colaborativa, como integrantes implicados en el proceso de aprendizaje de los alumnos. Los

3. padres podrán ser invitados a trabajar en las actividades escolares para brindar apoyo ante
determinados aprendizajes en el hogar y en el control del progreso de sus hijos.
Acorde a lo expuesto con anterioridad, podemos concluir que el trabajo en equipo ayuda
eficazmente la labor de una escuela inclusiva, pues produce beneficios no sólo en los procesos
cognitivos de los alumnos sino también en el clima social escolar. Una escuela que adopte esta
estrategia dentro de su planificación escolar podrá promover el desarrollo integral de la persona,
en igualdad de derechos para todos. Será una entidad en que se defienda la diversidad, la
heterogeneidad y las relaciones interpersonales, generando instancias de autonomía y
reforzando los procesos que involucran el aprender a conocer, el aprender a ser, el aprender a
hacer y el aprender a convivir, cuatros pilares fundamentales de la educación (Delors, 1994).
También permite crear una instancia para generar un cambio social, solidario, de
actitudes, evitando los riesgos de exclusión, y atendiendo a una educación en que se respeten
las necesidades individuales.
Hoy que tanto hablamos de educación integral y de calidad, bien podemos implementar
en nuestras aulas el trabajo en equipo, teniendo en cuenta cómo aprovechar al máximo sus
ventajas, y aminorando el efecto que puedan tener sus puntos débiles para desarrollar un mejor
ambiente de aprendizaje y eficazmente inclusivo para nuestros alumnos.
Referencias:
1. Comenius Project: El Trabajo en equipo en Aulas Inclusivas,2006, recuperado el 21 de junio de
2016 de
http://www.irisproject.eu/teachersweb/ES/docs/TT_Trabajo_en_Equipo_en_Aulas_WD_ES.pdf
2. Delors,Jacques(1994). "Los cuatro pilaresde laeducación",enLa Educaciónencierraun tesoro.
México: El Correo de la UNESCO, pp. 91-103, recuperado el 21 de junio de 2016, de
http://www.uv.mx/dgdaie/files/2012/11/CPP-DC-Delors-Los-cuatro-pilares.pdf