La convivencia pacífica requiere comprender y tolerar a los demás practicando valores como la participación, la comprensión, el cumplimiento de responsabilidades y el respeto a los derechos ajenos. Para resolver conflictos se debe dialogar y comunicarse de forma que se beneficien todos los involucrados respetando sus diferencias. La buena convivencia comienza en el hogar donde se aprende tolerancia y respeto.