La foca monje del Mediterráneo se encuentra en peligro de extinción, con solo 400-500 ejemplares restantes distribuidos en tres zonas. Históricamente fue cazada por su piel, grasa y como alimento. Actualmente, las amenazas incluyen la caza ilegal, accidentes con redes de pesca y embarcaciones, y la contaminación del hábitat. Varios proyectos internacionales buscan recuperar la especie a través de la protección de hábitats y la reintroducción en islas Canarias.